Libros para colorear: arte terapéutico

Conocé cómo entrar en contacto con tu yo más profundo y centrarte en tus emociones a través de la pintura y el dibujo.

Libros para colorear: arte terapéutico

Colorear no es solo un placer infantil. En los últimos años el sencillo arte de pintar mandalas, por ejemplo, se ha alzado como una práctica muy común entre el público adulto.

Quizá por ello, y viendo los beneficios emocionales, físicos y cognitivos que aporta esta práctica tan distraída, podemos encontrar ya en comercios y librerías más libros orientados al público adulto.

Son obras con increíbles y fascinantes dibujos que nos invitan a sacar ese niño interior, y a ser más libres.

PLACER PARA NUESTRO CEREBRO: COLOREAR

Colorear un dibujo, es, aunque te sorprenda, mucho más adecuado que otras actividades manuales. De hecho, cuenta con una larga tradición en el campo clínico y de terapia.

Colorear y sus beneficios en clínica

Hace ya varios años que se ofrece la sencilla terapia de colorear a personas con deficiencias psíquicas. Es un ejercicio que puede llegar a aportarles un tiempo de adecuada relajación e incluso de control emocional.

Personas con alguna deficiencia, e incluso niños con retrasos o con autismo, suelen disfrutar bastante pintando dibujos.

- Les ayuda a mejorar su concentración y a potenciar su coordinación psicomotriz.

-  Actúa como relajante, canalizan sus emociones y encuentran una calma adecuada a través de los colores y llenando espacios en blanco con los tonos que ellos elijan.

- Para muchas personas dentro de este colectivo, colorear puede convertirse en una de sus actividades favoritas porque, además, les permite ser su forma de expresión, de encontrar estímulos y refuerzos positivos.

Colorear, un arte antiestrés

En el mercado editorial podés encontrar libros como los de la autora escocesa Johanna Basford.  Títulos como “El jardín secreto”, “El bosque encantado” y el “Océano perdido” fueron concebidos al principio para un público infantil.

No obstante, más tarde los editores se dieron cuenta de que los dibujos tenían demasiada complejidad y, además, sabían que los adultos tenían como costumbre descargarse de internet mandalas y otro tipo de grafismos que colorear.

Así pues, estos libros han sido todo un fenómeno de masas porque, según explican los propios consumidores, les aportan estos beneficios:

- En su gran mayoría, quienes más disfrutan coloreando son mujeres.

- Pintar relaja. Es llegar a casa y disfrutar viendo esos complejísimos dibujos llenos de fantasía en blanco y negro, para convertirse en una invitación directa a la “desconexión” de los problemas.

- Mientras pintamos, las preocupaciones toman una adecuada perspectiva. Las cosas se ven con más calma y entramos en un estado de paz interno en el que logramos conectar mejor con nosotras mismas.

- Apaciguamos los nervios, se regula la respiración, nuestro corazón… Los niveles de cortisol bajan y se reduce el estrés.

- Mejoramos la atención y la memoria.

- A su vez, hay un aspecto importante que debemos tener en cuenta: el simple hecho de elegir un determinado tipo de colores puede expresar nuestro estado anímico.

- Una ilustración decorada a base de tonos oscuros, fríos y apagados puede visualizarnos esas sensaciones internas y darnos una pista de que “algo ocurre”.

- Pintar es una experiencia externa que nos permite entrar en contacto con nuestras emociones.

Colorear, un acto emocional y espiritual

El célebre psiquiatra, médico y ensayista suizo Carl Gustav Jung ahondó en el estudio del arte de pintar y dibujar como mecanismo de expresión y liberación.

Si bien es cierto que sus trabajos se centraron en especial en los mandalas y su simbolismo, es interesante traer aquí algunas de sus reflexiones que, sin lugar a dudas, definen muy bien esta moda reciente de colorear.

-  El arte de colorear es un acto que nos une no solo a nuestras emociones, sino a nuestro ser más interno y a muchas de esas sensaciones que tenemos en el subconsciente.

- Mientras pintamos, lo hacemos en silencio, permitiendo así que surjan los pensamientos más dormidos de nuestro ser.

- Carl Gustav Jung lo llamaba el arte espiritual, y nos explicaba que los mandalas, por ejemplo, utilizaban en su mayoría la forma circular porque era la representación de un cosmos, de nuestro propio interior en evolución, desde un punto interno al exterior, ahí donde plasmar lo bueno y lo malo.

- Si nos damos cuenta, muchos de los dibujos para colorear que se comercializan hoy en día siguen utilizando en su mayoría representaciones que se organizan en formas circulares.

Es un modo en que se concentra nuestra atención, disponemos de un límite en cuyo interior se contiene un pequeño caos que debemos organizar a través del color.

- Según Gustav Jung, también resulta saludable que dibujemos y que no nos limitemos solo a colorear. El dibujo es una forma de libertad y también nos permite canalizar emociones y liberar estrés.

No hace falta que sean obras de arte. Serán dibujos catárticos que reflejen tus sentimientos y que te ofrezcan ese desahogo emocional cotidiano que todos necesitamos.

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