El cierre de dos librerías históricas del centro mendocino en poco más de un año, puso el foco en la situación que hoy viven los negocios de este rubro. A la caída del poder adquisitivo, se les suma la eterna "guerra" con las fotocopias y la lectura electrónica .
Desde las casas de ventas de libros aseguran que no ha disminuido el interés por leer, aunque a la hora de comprar hay mayor preocupación por los precios. Así muchas de ellas utilizan diferentes estrategias para llegar a los clientes y seguir en pie, tales como la venta en cuotas, el canje de libros y las mesas de saldos.
En García Santos, la última librería histórica del centro mendocino, no son ajenos a la crisis pero prefieren mirar al futuro con optimismo. "Hay que seguir adelante, tratar de sortear los problemas que se nos presentan", dice Pilar García Santos, administradora del local. Haciendo un balance ella calcula que en cantidad de dinero recibido puede que estén similar al 2018, pero claro hay una disminución en la cantidad de ejemplares vendidos.
Para enfrentar esta situación ellos ofrecen 3 cuotas, organizan talleres de lectura y también presentaciones de autores locales. "Brindamos un espacio para promover la lectura", remarca. Allí también tienen saldos de clásicos entre $75 y $150. "Hay muchas opciones para que la gente lea, porque lo que no ha disminuido es el gusto por la lectura".
A unas cuadras, en la Librería Rayuela, también "le dan pelea" a la baja en las ventas. De hecho allí puede observarse todo un estante con libros nuevos con un 50% de descuento. "Son libros seleccionados a muy buenos precios", comenta Santiago desde el local y dice que ha disminuido mucho el flujo de gente dispuesta a invertir en lectura. "A la crisis del país se le suma la crisis del libro que está dada por la fotocopia y por la lectura electrónica, principalmente la que se consigue gratis en PDF", subrayó.
Libros por precio
En Iván Miszei donde tienen textos nuevos y también usados estiman que las ventas bajaron un 20% en el último año. "La situación está muy difícil ya que lo que vendemos no es de primera necesidad", dice Diego desde el mostrador. Por eso allí tienen tres estrategias básicas: ofertas, buenos precios y buena atención. Según ha notado, actualmente los lectores no buscan por un autor en particular, sino por precio. "Ven las tapas y se llevan algo barato que les haya llamado la atención". De hecho en el local se observa un escaparate que promociona 1 libro por $100 y 3 por $250.
En tanto en la librería AM, notan mayor caída en las ventas de los libros nuevos que en los usados. "Los libros de 'línea' (tanto best seller como aquellos que tienen mayor publicidad) suben todas las semanas. Tanto que evitamos imprimir los carteles con precios", comenta Mara Mignani. Por esta razón inevitablemente venden menos ejemplares. Entre los usados los que más comercializan son los comics (2 por $100) y las novelas clásicas (alrededor de $200). En ese lugar también utilizan como estrategia el canje de libros escolares. "La gente trae sus libros usados y le hacemos un descuento en los nuevos. Después nosotros vendemos los usados y sacamos una diferencia".
En la librería Chaplin, que se mudó del centro a Godoy Cruz, tienen un 90% libros usados. "Es un rubro elegido tanto por una cuestión de costos como por el amante del libro antiguo", asegura Néstor. Por esta razón tienen una clientela con la que se van manteniendo. "Tener tanto material usado hace que los precios sean más accesibles, de hecho el libro usado cuesta entre un 40% y un 50% de lo que vale un nuevo", detalla aunque aclaró que en algunos casos puede llegar a valer un 25% del original. De hecho allí tienen ejemplares desde $50. "Acá la gente busca filosofía, literatura, algo de comics y revistas viejas".
Lectores presentes
En las librerías visitadas los clientes entran, recorren y salen, muchas veces sin haber comprado. "Estoy averiguando porque quiero hacerle un regalo a mi hermana y sé que le gustan los libros de historia novelada, pero me quedé helada con los precios", dice Silvina Farías desde un local céntrico. Es que ella cayó en la cuenta de que tendría que gastar más de $1,000 para adquirir el libro deseado. "Es de una autora que parece que está de moda, así que me voy a poner a buscar otras opciones más accesibles dentro del mismo estilo".
La “pelea” con el e-book
Disponible desde hace menos de una década los e-book o libros electrónicos todavía parecen ir detrás de sus compañeros en papel. Por lo menos así lo consideran desde las librerías mendocinas.
"En Argentina el libro digital todavía no es algo de consumo masivo y la gente sigue buscando el libro en papel", comenta Pilar García Santos desde la librería que lleve su apellido. De hecho ella recordó haber recibido adolescentes que a pesar de haber leído ciertos ejemplares en su e-books buscaban adquirir sus versiones en papel.
Desde AM, Mara Mignani, se manifiesta en ese mismo sentido. "Muy poca geste se acostumbró al e-book. Además en la mayoría de los casos al libro lo tenés que pagar igual y cuestan prácticamente igual que los de papel".