El presidente Mauricio Macri admitió ser "parte responsable" por su exposición en actos públicos, tras la agresión que sufrió mientras se desplazaba en auto por la ciudad neuquina de Villa Traful, pero advirtió que no se va a "resignar por estas minorías organizadas a perder contacto con la gente".
Tras quejarse de la llamada “puerta giratoria”, figura con la que suele describirse la flexibilidad de la Justicia para liberar sospechosos, el mandatario abogó por un “proceso que termine condenando” a quienes atacaron el miércoles a pedradas la camioneta que lo trasladaba, el segundo incidente de esas características en poco más de cuatro meses.
“Lamentablemente sucedió, la Justicia está actuando, tendrán ahora que sufrir las consecuencias de lo que hicieron”, expresó el jefe de Estado, quien, al hablar de “minorías violentas”, aseguró que “claramente está mal” que la Justicia haya liberado a los agresores luego de mantenerlos tan solo unas horas demorados.
Los integrantes de ATE, que protestaban contra el ajuste admitieron su responsabilidad en las quejas, pero negaron haber lanzado piedras.
Ayer, el fiscal general de Neuquén, José Gerez, anunció que los siete demorados recuperaron la libertad y "quedaron desvinculados administrativamente" del caso.
“En ningún momento hubo personas detenidas”, aclaró el funcionario y resaltó que los siete manifestantes que fueron demorados “habían entrado a una cabaña porque no querían ser identificados”.