Nacida en Tokio en 1916, de origen británico pero nacionalizada estadounidense, la actriz Olivia de Havilland, única sobreviviente del reparto de "Lo que el viento se llevó", el clásico que Víctor Fleming estrenó en 1939, cumple hoy 100 años en París, donde vive desde la década del 50.
De porte distinguido, hija de un abogado británico instalado en Japón y de una actriz, al igual que su hermana Joan Fontaine, un año menor que ella y fallecida en 2013, De Havilland es reconocida como una de las grandes estrellas del inmenso firmamento hollywoodense.
Al filo de la década del 20, a raíz de su inminente separación, sus padres partieron con rumbo a Los Angeles, donde las jovencitas apostaron por el cine, bajo la tutela de su madre.
La rivalidad entre ambas hermanas comenzó, según decía Joan, cuando Olivia se enteró de que su mamá la dio a luz, por ser competidora de los afectos de sus padres y de los criados en su casa en Tokio.
Olivia se peleó con su hermana Joan Beauvoir de Havilland cuando las dos eran todavía muy jóvenes y, por ese motivo, la segunda adoptó el apellido Fontaine, de su padrastro.
Joan, que aseguraba que "es posible separarse de una hermana como de un marido", cortó todo vínculo con Olivia en 1975, cuando no la invitó a un recordatorio de su madre, a pocos meses de fallecida. "Me casé primero, gané el Oscar antes que Olivia y, si muero primero, sin duda se pondrá furiosa porque también le habré ganado en eso", aseguró Fontaine a la revista Hollywood Reporter en 1978.
Dicen que el director Max Reinhardt conoció a De Havilland en una función teatral universitaria de "El sueño de una noche de verano", que el hombre de Hollywood decidió llevar a la pantalla grande con Willam Dieterle como director.
Con Errol Flyn como pareja y Michael Curtiz como director, De Havilland se lució en siete largometrajes, entre ellos "El capitán Escarlata", "La carga de la Brigada Ligera" y "La vida privada de Elisabeth y Essex".
En 1939 fue una de las figuras centrales de la megaproducción "Lo que el viento se llevó", de Víctor Fleming, que le supuso una candidatura al Oscar como actriz de reparto, en la que tuvo la desafortunada coincidencia de competir con la actriz Hattie McDaniel, quien por ese mismo film se convertiría en la primera actriz afroamericana en ser premiada con una estatuilla de Hollywood, todavía vigente el extremo racismo en el país.
En "Lo que el viento se llevó", De Havilland compuso a Melanie Hamilton, prima de la protagonista central de la historia escrita por Margaret Mitchell, es decir de Scarlett O'Hara, en el film interpretada por Vivien Leigh.
Para De Havilland, la década del 40 fue más próspera, ya que le permitió ganar dos premios Oscar, el primero por su trabajo en "La vida íntima de Julia Morris", en 1941, el segundo por "La heredera", de William Wyler, en 1949, junto a Montgomery Clift.
Esa buena racha se terminaría cuando, exasperada por considerar que la Warner le proponía papeles menos importantes que a su competidora Bette Davis, reclamó una mejor selección y los directivos dejaron de convocarla durante los seis meses restantes de su contrato y sobre el final intentaron una renovación de prepo solo para seguir castigándola por su actitud.
De Havilland decidió enjuiciar a la Warner, pero luego de su triunfo en los estrados judiciales el lobby empresarial hollywoodense la mantuvo alejada de los sets por tres años.
Su vuelta ya no tuvo el mismo esplendor de antaño con seis largometrajes en una década, algunos muy buenos dirigidos por Stanley Kramer o Robert Aldrich, por lo que ya entrada la década del 60 con frecuencia se la vio cubriendo papeles menores en series de televisión como "Valle de pasiones" y también haciendo teatro.
De allí en más solo brilló en el recuerdo, por ejemplo en los elencos multitudinarios de "La papisa Juana", donde fue una madre superiora, y en "Aeropuerto 77", para volver rápidamente a la televisión en series y telefilms.
En 2003 fue una de las presentadoras de los 75 Oscar y en 2009 presentó en París el documental "Recuerdo mejor cuando pinto", sobre la importancia del arte en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
En 2008 fue premiada con la Medalla Nacional de las Artes y en 2010 recibió la orden de Caballero de la Legión de Honor de manos del presidente francés Nicolas Sarkozy, en 2012 participó de la ceremonia de los premios Cesar, donde presentada por Jodie Foster y aplaudida de pie por la platea; recientemente fue premiada por la revista británica The Oldie Magazine.
“Es profundamente gratificante encontrarme en la misma lista que la Reina Madre, a cuya edad siempre quise llegar, y también en la de otros muchos ganadores de este premio”, aseguró la actriz, contenta de ser premiada por "vieja" pero aún así, sin que el viento se lleve su presencia.