Lewis Hamilton (Mercedes) se llevó un Gran Premio de Singapur que no estaba en sus planes y logró su 60º triunfo en el Mundial de Fórmula 1, aprovechando el incidente entre Max Verstappen (Red Bull) y las Ferrari de Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen en el inicio de la carrera.
El actual subcampeón se impuso en el GP y se afirmó en la cima del Mundial.
La largada fue accidentada. Con lluvia, Räikkönen movió desde el cuarto cajón mejor que Verstappen, segundo, pero las máquinas se engancharon cuando llegaban a la primera variante y se llevaron puestos a Vettel y Fernando Alonso (McLaren), quien había realizado una partida extraordinaria.
Vettel continuó unos metros en la punta de la competencia, pero en un frenaje, y por los daños de su SF70H, entró en un trompo y quedó en el fondo del pelotón, para luego abandonar. Todo esto benefició a Hamilton.