Letras sobrantes y desubicadas

Letras sobrantes y desubicadas

Nos sucede a menudo que leemos palabras mal escritas porque no se conoce su origen o porque se las asocia indebidamente con vocablos que no corresponden. Doy, a continuación, algunos ejemplos de términos detectados en comunicaciones cotidianas:

VITOREAR: Hemos leído un artículo en el que se hablaba de cómo los seguidores de una agrupación política habían vitoreado a los ganadores en las elecciones. Alguien lee la forma 'vitoreado' y pregunta, de inmediato, si no debió ser 'victoreado', con una 'c' antes de la 't', pues asocia el término al sustantivo 'victoria'. Vamos a las fuentes académicas y encontramos el significado del verbo 'vitorear', como "aplaudir o aclamar con vítores a alguien o algo". Seguimos nuestra búsqueda para ver qué valor posee ese sustantivo 'vítores' y leemos "viva, aplauso. Función pública en que a alguien se lo aclama o en que se aplaude una hazaña o acción gloriosa". Pero también vemos que el origen del vocablo es el término latino "victor" (sin tildar), que significaba "vencedor" y que hoy conservamos, con tilde, solamente como un cultismo o como nombre propio. El Panhispánico aconseja no usar la variante 'victorear', sino la forma evolucionada sin la 'c'.

INERME: Muchas personas confunden este adjetivo con 'inerte'. Tienen solamente una letra de diferencia, pero su etimología y su aplicación en el habla son distintas. En efecto, 'inerme' deriva directamente del latín "inermis" y equivale a "sin armas, desprovisto de ellas": "El pueblo, inerme, se rindió ante las fuerzas del enemigo". También, en sentido figurado, 'inerme' toma el valor de "que está desprovisto de medios para defenderse": "Sin cultura, sin trabajo, el pobre hombre se encontraba inerme en un sitio hostil". El otro adjetivo, 'inerte', tiene en común con 'inerme' el prefijo privativo 'in-'; si en aquel caso, era "sin armas", en este caso, equivale a "sin capacidad de reacción": "Después del tremendo golpe, yacía inerte sobre el pavimento". Por eso, el diccionario nos proporciona los significados de "inactivo, ineficaz, inmóvil, paralizado, sin vida".

CONSCIENTE: Para entender su escritura, con 's' antes de la 'c', nos remitimos a la existencia de dos sustantivos de la misma familia de palabras: 'conciencia' y 'consciencia', no intercambiables en todos los contextos. Si lo escribimos sin la 's', 'conciencia', estamos hablando en sentido moral, como "capacidad de distinguir entre el bien y el mal": "No podía aprobarlo: era un problema de conciencia". Nos dice el Panhispánico que, con este sentido, forma parte de numerosas locuciones, como 'tener conciencia', 'remorderle a alguien la conciencia", "no tener conciencia" (= no tener escrúpulos), "tener cargo de conciencia". Pero, nos dice la misma fuente, escribiremos 'consciencia', con la 's' antes de la 'c', como en la etimología "conscientia", cuando toma una de estas cuatro acepciones: "Capacidad del ser humano de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella": "El coma consiste en la pérdida total de la consciencia"; la segunda acepción es el "conocimiento inmediato o espontáneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones": "No tenía consciencia de lo que le estaba ocurriendo". El tercer valor es el "conocimiento reflexivo de las cosas", como en "Al dictar su testamento, actuó con plena consciencia de lo que hacía". Finalmente, nos dice el diccionario, hay un significado propio de la ciencia psicológica: "Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo".

El Panhispánico nos ayuda al afirmar que cuando vamos a usar el vocablo en el sentido general de "percepción o conocimiento", podemos escribir una u otra forma, con una inclinación por la grafía más simple.

Esta dualidad en cuanto a la escritura no se replica en los adjetivos 'consciente' e 'inconsciente' que llevan siempre '-sc-' en la escritura. Por lo tanto, no es correcto escribir *'conciente' ni *'inconciente'.

PLEBISCITO: En épocas de elecciones, ¡qué frecuente es oír y ver este vocablo como *'plesbicito'! El término puede tener dos acepciones: la primera alude a la "resolución tomada por todo un pueblo por mayoría de votos"; la segunda, "consulta que los poderes públicos someten al voto popular directo para que apruebe o rechace una determinada propuesta sobre una cuestión política o legal". La etimología latina nos remite al sustantivo "plebiscitum", en el que la primera parte de la palabra era "plebis", que significaba "del pueblo". La forma *'plesbi' no existía. Por lo tanto, ubiquemos bien la 's' y digamos o escribamos 'plebiscito' y su adjetivo derivado 'plebiscitario'.

PREVER: Cerremos la columna de hoy con este verbo tan mal dicho y escrito a diario: 'prever' es 'ver por anticipado'. Si digo "él/ella ve" y "ellos/ellas ven", debo decir, respectivamente, 'prevé' y 'prevén'. Corrijamos, entonces, a quienes afirman *"Se prevee para hoy una jornada de intenso calor" y, en su lugar, escribamos y digamos, viendo con antelación, "Se prevé para hoy una jornada de intenso calor"'.

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