Las previsiones apuntaban a una Letizia de rojo y de largo para convertirse en Reina. Sin embargo prefirió un look en blanco roto, de vestido corto y abrigo de verano, ambos en crêpe de seda, y decorado con microperlas, amatistas, cristales de rubí y ámbar, firmado eso sí, por su modisto de confianza: Felipe Varela. ¿Como complementos?: un bolso de mano del mismo diseñador y unos zapatos de taco de Magrit. Y prendido de su abrigo, el lazo de la orden de Carlos III.
Fiel a sus principios de poca ostentación, Letizia no ha escogido finalmente ninguna de las tiaras que ha heredado de la Reina Sofía, ni tampoco la que le regaló Felipe en 2009 (con 450 diamantes talla brillante y 10 perlas). Sobria en joyas, tan solo ha llevado sus pendientes favoritos, de diamantes engastados en forma de estrella, de Cartier.