La lesión de Messi habilita a Riquelme para el Mundial

Si Leo se hubiera lesionado en Brasil 2014 y no ahora, Sabella debería tener respuestas de recambio a mano. ¿Podría el DT prescindir de Román, si es que éste llega bien física y futbolísticamente a la Copa del Mundo? Por Fabián Galdi.

La lesión de Messi habilita a Riquelme para el Mundial
La lesión de Messi habilita a Riquelme para el Mundial

Junio 2014, Argentina se clasificó para octavos de final y Lionel Messi se retira de una práctica acosado por dolores musculares en una de sus piernas. El cuerpo técnico y sus compañeros se paralizan, el cuerpo médico entra en escena y la prensa de todo el planeta prepara el título con tipografía catástrofe: “Messi se pierde el Mundial por un desgarro”. Suena el despertador, termina la pesadilla…pero la posibilidad está latente. ¿Cómo imaginarse el tramo decisivo de una copa del mundo sin la estrella principal?

La pregunta desvela a Alejandro Sabella, y no sólo al entrenador de la Selección. Leo, como máxima figura a escala planetaria – basta recordar sus cuatro Balón de Oro consecutivos – vivió en carne propia una situación real y no ficticia en las semanas que mediaron entre los cuartos de final de la edición actual Champions y la consagración del Barcelona como campeón liguero de la temporada española 2012/2013. Aún está en recuperación de una rotura fibrilar en el muslo derecho, la cual se le originó en el partido de ida contra el PSG y que le impidió salir a jugar el segundo tiempo en Paris, durante el pasado mes de abril.

De la “Pulga” no puede extrañar una lesión de índole muscular, puesto que está sobre exigido respecto de la cantidad de partidos que debe jugar en un mismo año: liga española, Champions, Copa del Rey y amistosos con el Barça; eliminatorias y amistosos con el seleccionado nacional. Un cálculo simple ubica en alrededor de 46 ó 47 fines de semana de los 52 anuales, más decenas de encuentros entre semana, la cantidad de participaciones del Diez en cualquier parte del mundo donde le toque jugar. El organismo tiene menos descanso del que realmente necesita.

Si algo se le reconoce dentro de las características como cabeza de grupo a Sabella es su capacidad de previsión. Tras los ciclos Basile, Maradona y Batista, en los cuales prevalecían las reacciones ante el hecho imprevisto, lo cierto es que el actual director técnico del seleccionado argentino se ocupa de más de un frente a la vez. Viaja permanentemente con la intención de entrevistarse con colegas que comandan equipos de alta performance, visita a futbolistas compatriotas para hacerles un seguimiento en sus respectivas ligas y tiene en cuenta a jugadores que figuraban en segundo o tercer plano en procesos anteriores a la hora de las convocatorias.

No es casual, entonces, que Sabella pruebe alternativas a Messi en la función complementaria de armador/enganche en posición de definición. Montillo, Sosa, Lavezzi retrasado o Di María en diagonal hacia el centro han ocupado alternativamente esa posición, aún con Leo en cancha. Es saludable que los ensayos se realicen en pleno partido, porque no es lo mismo hacerlo en los entrenamientos y encima sólo faltan doce meses y medio para la máxima cita futbolística, en Brasil.

Sin embargo, existe en la Argentina un futbolista insoslayable como referente y que divide las opiniones, tanto a favor como en contra. Juan Román Riquelme no puede pasar inadvertido en un contexto en el cual sus altísimos rendimientos en suelo brasileño a lo largo de su carrera le han merecido un reconocimiento permanente hasta en la propia tierra del pentacampéon mundial. Su visión de estratega, sumada a un espléndido gol en el Pacaembú, volvieron a ubicarlo en el centro de la escena a partir de cómo obtuvo Boca la clasificación a cuartos de final de la Libertadores frente al campeón vigente, Corinthians.

Román ya ha lanzado señales de acercamiento al actual proceso que atraviesa la Selección, cuando él mismo se había autoexcluído de la misma bajo la gestión Maradona. Luego de la frustración de la Copa América 2011 -clausura del ciclo Batista- y tras la inminente llegada de Sabella, dijo: “No sé si me van a convocar. Yo estoy comprometido con Boca, pero si la Selección me necesita para las Eliminatorias, estaré encantado de ayudar”. No fue convocado todavía, pero lo cierto es que había fijado posición ante una eventual designación del técnico entrante.

Riquelme, además, arrastra una percepción generalizada respecto de problemas de convivencia con Messi durante el Mundial 2006, la Copa América 2007 y los juegos olímpicos 2008. Sin embargo, ninguno de los dos involucrados sostuvo el rumor y, por el contrario, lo negaron cada vez que tuvieron oportunidad. En Alemania, el equipo fue cuartofinalista, en Venezuela finalista y en China ganó la medalla dorada.

Román es un estratega de los que se cuentan con los dedos de la mano en la alta competencia internacional. Su velocidad para el juego está en la rapidez mental con la cual planea movimientos antes de estar en contacto con la pelota. Sabe frenar y meter la pausa para que se reacomode el equipo y puedan surgir opciones de pase filtrado. Inclusive, cuando arma en posesión de balón suele tocar para generar circuitos cortos de triangulación, una característica que permite una construcción de jugada colectiva bien armada.

Una posible convocatoria del armador no implica que la Selección debiera cambiar su modelo o hacerse “Riquelmedependiente”, sino todo lo contrario: permitiría contar con otra variante de funcionamiento, tanto con o sin Messi. Hoy día, en la cabeza de Sabella no figura la posibilidad de un llamado al diez xeneize, aunque el entrenador mantiene una visión amplia y querrá sacarse todas las dudas antes de que la cercanía del Mundial le achique los plazos. Es aquí donde no podría faltar Román de una eventual prueba, aunque sea para comprobar hasta que punto se adapta al grupo tanto dentro como fuera de la cancha.

Riquelme no jugó con Bielsa en el Mundial 2002 ni con Maradona en el Mundial 2010; sí lo hizo con Pekerman en el Mundial 2006. La de Brasil será su última chance de vestir una camiseta albiceleste y darse el gusto hasta de festejar su cumpleaños 36 junto al aniversario 27 de Messi, ya que los dos nacieron un 24 de junio.

Quizá, lo que hoy parezca una posibilidad remota pueda empezar a corporizarse a partir de valorar el grado de excelencia que se necesita en una lista definitiva de veintidos jugadores. ¿Hay muchas mejores opciones que un Riquelme en buena forma física y futbolística? La respuesta también la debe estar elaborando el propio Sabella.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA