Llegaron con chalecos antibalas con la inscripción "Investigaciones" en la espalda. Le dijeron a un empleado de la fábrica que iban a realizar un allanamiento y el hombre los dejó entrar por la cochera. Una vez dentro, iniciaron "el infierno" de las víctimas y luego huyeron con 250.000 pesos y varios objetos de valor. Y aunque el caso fue vinculado por investigadores a una posible cobranza narco, las víctimas aclaran: "No tenemos nada que ver con narcos, somos trabajadores".
El atraco ocurrió a las 12 de ayer en el barrio Foecyt de Godoy Cruz. Cuatro sujetos irrumpieron en la fábrica ubicada en calle Cacheuta y un quinto permaneció sentado frente al volante de un VW Gol.
Ingresaron por la cochera de la vivienda donde funciona la pyme y obligaron a un empleado, el dueño del emprendimiento y a su madre a arrodillarse. Luego los ataron y golpearon para que dijeran dónde estaba el dinero que tenían guardado. "¿Dónde está la plata? Vos trajiste una plata, ¿dónde está la caja fuerte?", interpelaron violentamente los delincuentes a sus víctimas.
Luego revolvieron toda la casa y encontraron los 250.000 pesos que cargaron en la camioneta Renault Kangoo que estaba estacionada en la cochera. Además robaron electrodomésticos y hasta ropa que tenían puesta las víctimas. Los asaltantes escaparon en la camioneta y en el auto en el que habían llegado y no dejaron rastros.
Fuentes de la investigación precisaron a Los Andes que se estaba investigando una pista narco: creían que el dueño de la fábrica tenía deudas asociadas a transacciones por droga y que el robo había sido una violenta cobranza.
El hecho fue vinculado a un asalto de idénticas características en el barrio Los Paraísos, donde la víctima fue una mujer que cumple prisión domiciliaria por venta de estupefacientes.
"El otro robo fue casi al mismo tiempo y con el mismo modus operandi, pero nosotros no tenemos nada que ver. La Policía relacionó los dos casos porque parece que actuó la misma banda, pero no tenemos vínculos de ningún tipo con el narcotráfico", indicaron a Los Andes aún en shock las víctimas de la fábrica, que prefirieron conservar el anonimato.