La 73a. ceremonia anual de los Premios Globo de Oro que entrega la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood tuvo premios repartidos pero fue “El renacido” (“The Revenant”), el sangriento thriller de Alejandro González Iñárritu protagonizado por Leonardo Di Caprio, quien logró llevarse en sorpresiva victoria las tres estatuillas principales: mejor drama, mejor director y mejor actor de drama.
La película, basada en la vida del cazador Hugh Glass en la Norteamérica de 1820, narra con crudeza una historia de supervivencia en medio de un paisaje helado, acerca de un hombre al que sus compañeros dan por muerto luego del ataque de un oso y que regresa para vengarse de quienes lo traicionaron.
Rodada en el frío extremo de Canadá y luego en Tierra del Fuego, en la Argentina, “El renacido” explora los instintos más básicos del ser humano en el marco de medio natural decididamente hostil.
“No se trata de presupuesto o ambición”, dijo Iñárritu al explicar cómo lleva a cabo sus proyectos. “Cada película es muy difícil de hacer y ‘El renacido’ es la aventura más difícil en la que me he embarcado nunca”, reconoció.
DiCaprio, que volvió a recordar las dificultades del rodaje, dedicó el galardón a los nativos que participaron en el film.
“Es tiempo de que reconozcamos su historia y de que protejamos las tierras indígenas de los intereses corporativos y la explotación”, dijo el actor que también ganó el Globo de Oro en las ediciones de 2005 por “El aviador” y en 2014 por “Lobo de Wall Street”, ambas de Martin Scorsese.
Sin embargo, el Globo por “El renacido” es el que la crítica vaticina como el primero de una lista que culminará el 28 de febrero con su primer Oscar.
Aunque Iñárritu tuvo un éxito similar el año pasado en los Premios de la Academia con su multilaureada “Birdman” que protagonizó Michael Keaton, sólo obtuvo el Globo de Oro al mejor guión en la pasada edición.
La segunda
Cuestionablemente nominada en la categoría de comedia, "Misión rescate" ("The Martian", en el original), sobre un astronauta que queda varado en el planeta Marte y que dirigió el veterano Ridley Scott, fue la segunda gran ganadora con dos premios Globo: mejor película de comedia y mejor actor para Matt Damon, que también fue blanco de los chistes del conductor de la ceremonia, Ricky Gervais, quien lo presentó como "la única persona a la que Ben Affleck no le ha sido infiel".
Más premios
Esta temporada de galardones no lucía para nada clara y dos de las películas que partían como favoritas de la crítica, "En primera plana" ("Spotlight") de Thomas McCarthy, y "Carol" de Todd Haynes, se fueron a casa con las manos vacías.
Nominado por el mismo personaje que le mereció su otra única candidatura a los Globos de Oro, Sylvester Stallone ganó el premio al mejor actor de reparto por “Creed”, una especie de secuela de Rocky en la que ahora es instructor de boxeo. La multitud se puso de pie y lo ovacionó.
“Quiero agradecerle a mi amigo imaginario Rocky Balboa por ser el mejor amigo que he tenido”, dijo Stallone.
El premio a la mejor actriz de drama fue para Brie Larson, la revelación del drama sobre una madre y un hijo cautivos en “Room”, que superó a la gran favorita Cate Blanchett por “Carol”. Una sonriente Larson concluyó su discurso diciendo: “Disculpen si olvidé a alguien. Les escribiré una carta de agradecimiento”.
Jennifer Lawrence, quien pasó gran parte de la velada con su nueva amiga y colaboradora Amy Schumer (también nominada por “Trainwreck”), recibió su tercer Globo de Oro por un film dirigido por David O. Russell. Tras haber ganado por “El lado luminoso de la vida” (“Silver Linings Playbook” y
“Escándalo americano” (“American Hustle”, ahora fue galardonada por “Joy, el nombre del éxito” donde encarna a un ama casa que se convierte en exitosa empresaria.
Aunque “Steve Jobs” no conquistó a muchos críticos ni cinéfilos, el drama de Danny Boyle sobre el cofundador de Apple le mereció un premio al guionista Aaron Sorkin y uno a Kate Winslet como mejor actriz de reparto, su cuarto Globo en 11 nominaciones. En referencia a las demás actrices nominadas, Winslet expresó: “Qué año tan increíble para las mujeres en el cine”.
Poder latino en TV
Los Globos de Oro vivieron un segundo capítulo con mucho sabor latino por la victoria de Gael García Bernal como Mejor actor de comedia.
El intérprete protagoniza la serie “Mozart In The Jungle”, nombrada la Mejor comedia del año, sobre un músico que toma las riendas de la orquesta de Nueva York.
Su personaje está en parte basado en el director venezolano Gustavo Dudamel, que conduce la Filarmónica de Los Ángeles y la Orquesta Simón Bolívar de su país.
“Quiero dedicarle esto a la música, a toda la gente que encuentra en la música un código común para la comunicación, la justicia y la libertad”, declaró embargado por la emoción.
El éxito del actor fue aplaudido por el presidente de su país, Enrique Peña Nieto.
“Muchas felicidades a @GaelGarciaB por el Globo de Oro. Es un merecido reconocimiento”, escribió en Twitter, a la vez que aprovechó para felicitar a González Iñárritu.
El guatemalteco Oscar Isaac, nueva estrella de la saga “Star Wars”, fue de su lado el mejor por su papel protagonista en la película de televisión o serie limitada “Show Me A Hero”.
“Mr. Robot” se convirtió en el mejor drama, mientras que Jon Hamm (“Mad Men”) y Taraji P. Henson (“Empire”) se alzaron con el premio por sus papeles dramáticos.
Rachel Bloom se fue a casa como Mejor actriz de comedia por “Crazy Ex-Girlfriend” y la cantante Lady Gaga, quien ha ganado siete premios Grammy, recibió su primer honor importante como actriz por su trabajo en la serie “American Horror Story”.
El conductor
Aunque la seguridad fue especialmente ceñida para resguardar el teatro contra un acto terrorista, los Globos no tienen la misma seriedad de una típica entrega de premios. La ceremonia encabezada por Ricky Gervais tuvo un ambiente relajado que incluyó al actor Jonah Hill vestido como el oso de "El renacido" (aunque en un tono jocoso que parecía más el oso Yogui), un copioso discurso de Gervais sobre la anatomía masculina del astro de la serie
"Transparent", Jeffrey Tambo, y mucha tertulia sobre Sean Penn, ausente en la entrega de premios pero en el centro de la polémica desde que el sábado se supo que entrevistó clandestinamente al narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán.
"Quiero hacer este monólogo y después ir y esconderme. Ni siquiera Sean Penn me encontrará", dijo, haciendo una pausa para sorber un trago de su cerveza. "Soplón".
Gervais recibió a la multitud de estrellas, que calificó como "chusma sexual e individualista consumidora de pastillas", con un monólogo predeciblemente astringente que marcó el tono de una noche en la que se taparon palabrotas y que por momentos fue irreverente y frívola.
En su cuarta ocasión como anfitrión, Gervais dominó la ceremonia desatando a menudo carcajadas de la multitud en el Hotel Beverly Hilton, pero también las anticipadas críticas. En un encuentro particularmente incómodo, Gervais y Mel Gibson se pararon frente a frente tras un intercambio de insultos.
"Me encanta ver a Ricky una vez cada tres años porque me recuerda que me haga mi colonoscopia", dijo Gibson.
En un año de elecciones presidenciales, Gervais hizo solo un comentario político. Presentó a las conductoras Eva Longoria y América Ferrera como dos talentosas actrices que "su próximo presidente, Donald Trump, está ansioso por deportar".
Premio a la trayectoria
El premio Cecil B. DeMille a la trayectoria, a menudo un momento emotivo en la ceremonia, tampoco resultó muy memorable. El agasajado Denzel Washington pronunció torpemente su discurso hasta que en un momento confesó: “Sí, necesito mis anteojos”.