No es fácil para quienes llegan del interior a Buenos Aires. Nuevos aires, pocos amigos y muchas ilusiones. El camino a la fama puede ser complicado. A Leo Montero, quien es de Carlos Paz, le pasó.
"Llegué a los 20 años y cenaba galletitas Express con mate. Estaba buscando trabajo, viví meses hasta encontrar laburo. Sí, me cagué de hambre. Cené galletitas con mate porque no tenía plata para gastar. Un amigo me prestó un departamento. Ahora, por suerte, las Express son de desayuno, je. A lo que voy es que a los que empiezan les puedo decir que es así: la tenés que remar, te venís del Interior, te cagás de hambre, te toman pruebas, casting, la tenés que pasar como todos", inició su relato con Clarín.
¿Cómo fue su primer día en Buenos Aires? "Micro Chevallier, General Paz, lluvia, un día gris. El bondi me dejó en Cabildo: "¿Y para dónde arranco?", me pregunté. Eran 6 o 7 de la mañana. Acá no tenía nada. Iba al departamento de un amigo de un amigo. Estaba cumpliendo mi sueño, pero a la vez tenía una sensación de angustia muy fuerte", relató.
Y finalizó: "Fue difícil. Me había prometido no volver más a Carlos Paz, y no era una apuesta boluda con mis amigos".
