Una semana después de la granizada que será recordada por todos lo que habitan el Gran Mendoza, de a poco autos y casas dañados están volviendo a su estado original. Inundaciones, membranas rotas, vidrios trizados o quebrados, chapas abolladas y un sinfín de problemas fue el saldo que dejó este fenómeno atípico para esta zona de la provincia.
El pasado martes en horas de la tarde una muy intensa tormenta, con granizo incluido, cayó sobre varios departamentos de Mendoza y aunque estaban anunciadas tormentas aisladas y vientos, la magnitud del tamaño de las piedras de hielo sorprendió a muchos en la calle.
Para completar el cuadro, los accesos de ingreso y egreso a la Ciudad colapsaron e incluso después de terminado el temporal circulaban abarrotados y muy lentamente. Lunetas y parabrisas rotos fueron moneda corriente, también calles anegadas e inundaciones en los principales accesos: Sur y Este. Tal situación generó mayor colapso ya que durante la tormenta, el tránsito se cortó dejando a quienes transitaban por allí frenados y a la intemperie.
El día siguiente, las aseguradoras se vieron colapsadas de denunciantes -tienen 72 horas para hacerlo- que a primera hora de la mañana se presentaron para hacer el respectivo reclamo. Además, muchos salieron a comprar membranas para reparar los techos, algunos de ellos severamente dañados tras el fenómeno climático.
Una semana después
Una semana más tarde de los sucesos los mendocinos, resignados, procedieron a reparar o reemplazar lo que el granizo se llevó. Eleonora Valdivieso vive en Dorrego, en las cercanías de la calle Berutti, una de las zonas urbanas más afectadas. “Cayeron piedras muy grandes, que me destruyeron la membrana”, señaló la mujer, que pasó la noche junto a su familia en el living del hogar.
“Las nenas - tiene dos hijas- durmieron en un sillón, porque son chiquitas y caben y con mi marido dormimos en un colchón inflable que nos prestaron los vecinos”, recordó respecto de la dramática noche agregando que el agua se filtró por placares, por la escalera, mojando ropa, libros y lo que encontró a su paso.
Ahora su familia comenzó con las reparaciones, colocando una membrana convencional, arreglando el tanque de agua (que también se rompió) y una vez que finalicen estos trabajos realizará una impermeabilización del techo.
“También vamos a colocar una membrana de alto impacto”, dijo la mujer y agregó que no tuvo problemas en encontrar membrana, pero que notó los precios algo inflados. “En el híper donde compramos la membrana conseguimos cuatro rollos a 4500 pesos, a lo que hay que sumarle la instalación y el resto de los materiales”, describió.
Verónica Giménez, la tarde del martes regresaba con su auto por la costanera cuando la sorprendió la piedra. "Fue un momento desesperante, porque cuando quise apurarme para llegar a mi casa me encontré con que todo el mundo estaba debajo de un puente, bloqueando el paso. Para peor, mi hijo estaba muy nervioso y se puso a gritar. En resumen, estuvimos 15 minutos debajo de la piedra. La piedra me rompió el parabrisas y la chapa, que tenía agujeros por todos lados", describió Verónica la dramática situación.
Siete días después, el auto de la mujer ya está en la fase intermedia a quedar como nuevo. "Ya le instalaron el parabrisas, rapidísimo. Tuve que esperar una semana, pero el trámite para reemplazarlo fue de una mañana. Según vi el boucher del seguro, costó 5500 pesos arreglarlo, pero yo no pagué nada porque todo me lo cubría", dijo. Respecto de la chapería, el monto es de unos 30 mil pesos porque el techo y el capot quedaron agujereados y las piezas deberán ser reemplazadas.
Javier, de El Bermejo, contó que el granizo lo trató bastante mal, porque no solo le dañó todos los árboles frutales de su casa sino que además la piedra causó daños en su auto que el chapista valuó en 20 mil pesos. "Pero no lo voy a arreglar, es algo estético así que andaré en un auto estéticamente feo. Me dolieron más los árboles, que eran como mis hijos", comentó.
Asegurados
José La Spada, gerente de Seguros Rivadavia, reveló que esta semana ha sido un verdadero colapso para el local ubicado en José Vicente Zapata 351 de Ciudad. "El miércoles a las 8 de la mañana había cola para el reclamo en la oficina. En total, ese día recibimos 360 denuncias en forma personal y 700 (sumando la de los proveedores aliados y del call center 08109993200) desde la semana pasada", confirmó el ejecutivo.
Pasado el momento tenso La Spada comentó que tuvieron que llamar a gente de casa central para que les diera una mano en la atención al público ya que 50% de la oficina estuvo abocada a resolver problemas relacionados con el granizo.
“Hemos revisado entre viernes y lunes 180 autos con los peritos y en la oficina de inspección que es donde evaluamos el estado del vehículo. Hay que destacar que todos los autos pasan por la inspección de los sacabollos, para evitar el recambio de las piezas, a no ser que no quede opción", admitió, agregando que son escasos los repuestos de parabrisas, techo y espejos retrovisores.
Por otro lado, reconoció que en la mayoría de las casas de seguros los sacabollos trabajarán hasta el viernes (es decir que no tendrán los feriados de semana santa) ante el alto nivel de demanda.
Si hablamos de la cobertura en este aseguradora particular, el seguro contra granizo es adicional y cubre el 10% del valor del vehículo hasta 30 mil pesos. Es decir que si el vehículo está valuado en 170 mil pesos, el seguro cubre daños de granizo por 17 mil pesos.
En Guaymallén aún permanecen 5 familias evacuadas
En el polideportivo Nicolino Locche aún permanecen 5 familias evacuadas - un total de 28 personas- que aún no se han podido reubicar, en su mayoría por el estado en que quedaron sus viviendas, precarias, luego de la granizada del martes pasado.
Según indicó Silvia Donati, directora de Desarrollo Social del municipio, comentó que ayer se incorporó una familia más, que en su momento no quiso ser evacuada, para no abandonar la vivienda, pero que finalmente el estado de la infraestructura no dio para más y debieron pedir ayuda.
“En dos de los casos ya hemos resuelto parte del problema con membranas y machimbres. Y otra familia se va a trasladar a Junín donde tienen un lugar a donde vivir. Estamos coordinando la mudanza de estos últimos”, dijo la funcionaria guaymallina agregando que la mayoría de los evacuados pertenece a los asentamientos Buena Nueva y El Lihué.
Donati contó que hay un caso particular, el de una mujer embarazada y con tres hijos, que no volverá al lugar donde vivía. Además, su pareja se encuentra privada de la libertad.
“Es imposible que vuelva. No están dadas las condiciones y tiene un embarazo de riesgo. Le estamos buscando un lugar para alquiler, pero como no puede trabajar, estamos viendo cómo solucionarlo”, contó Donati quien agregó que la comuna pagaría los primeros meses de alquiler y la provincia el siguiente trimestre.
En tanto, una familia boliviana que también recibió el auxilio municipal acordó volver a construir su vivienda por sus propios medios y el aporte de los materiales por parte de la comuna. “Les haremos un seguimiento en la asesoría técnica”, añadió la funcionaria.
Hoy, dos camiones con las donaciones recibidas a lo largo de la semana tendrán como destino las zonas más alejadas del municipio, como San Agustín y las Chacras, zonas de difícil acceso y que también se vieron seriamente dañadas tras el granizo. “Llevamos ropa, leche, pañales, artículos de limpieza y colchones”, dijo Donati.