El oficialista Lenín Moreno se convirtió anoche en mandatario electo de Ecuador, al imponerse por cifras muy ajustadas al opositor Guillermo Lasso, con lo que le puso un freno al avance de la centroderecha en la región y, en cambio, dio aire a los sectores progresistas.
Tras los 10 años de gestión de Rafael Correa, Moreno, el elegido del mandatario para sucederlo, se quedó con la victoria por apenas 2 puntos, y ocupará entonces la jefatura del Palacio Carondelet desde el 24 de mayo.
A las 20.40 (las 22.40 de Argentina) y 40 minutos después de lo anunciado, el CNE dio su primer boletín oficial: con el 94,18 de las actas escrutadas, Moreno lograba un 51,07 por ciento de los votos (4.823.513) y Lasso un 48,93 (4.621.654).
Aunque lo que restaba contarse podía permitir que, matemáticamente, el resultado variara, la tendencia era prácticamente definitiva.
La confirmación del triunfo llegó, aunque no contundente, después de varias horas de incertidumbre y de festejos cruzados, porque también la coalición centroderechista CREO-LASO se declaraba ganadora.
Con estos números, las caravanas y los festejos de militantes y simpatizantes del oficialismo y la posición crecieron y se multiplicaron. Habían comenzado, en verdad, aún antes del cierre de las mesas receptoras de votos.
Aunque los militantes del oficialismo festejaban y confiaban en el triunfo, recién cuando se tuvo una carga importante de actas -más del 90 por ciento- la celebración fue subiendo el voltaje y, paralelamente, se fueron apagando los gritos y la música en las sedes opositoras.
“Tenemos una ventaja sustantiva y es definitiva. Les transmito mi más sentido, profundo agradecimiento”, señaló Moreno en una segunda intervención, en las afueras de la sede partidaria, donde celebró que “la Revolución continúa, pero con un nuevo estilo, con respeto y sin confrontación”.
De alguna manera, la paridad que mostraban las encuestas y las advertencias de algunos dirigentes de una y otra fuerza alimentaron una virtual guerra psicológica que obligó a cercar con un fuerte operativo de seguridad la sede del CNE, hasta donde llegaron grupos oficialistas y opositores para “cuidar los votos”.
Luego de que Moreno pidiera “paciencia”, el presidente Correa escribía en su cuenta de Twitter: “Lamentablemente, dos encuestas dan resultados absolutamente contradictorios. Alguien miente”. Pidió entonces esperar cifras del CNE y hasta tanto “guardar la calma, la unidad y la paz”. Pero Moreno lo desobedeció y del hotel en el que esperaba números se trasladó a la sede de PAIS, donde habló ante los militantes y ratificó la “ventaja sustantiva” de su fórmula. “Les hago la firme promesa de que nunca los vamos a traicionar”, gritó ante sus seguidores.
Ajustados los números, Lasso dijo a un canal de televisión que el trámite no estaba terminado: “Hay un manoseado de más de 800.000 votos. Por lo tanto, exigiremos el conteo de los votos acta por acta, urna por urna, voto por voto”, dijo el ex banquero a un canal de TV.
Moreno arranca con una ventaja importante: de las 137 bancas de la Asamblea Nacional, PAIS tiene 50 y otras 24 están en manos de aliados, mientras CREO-SUMA ocupa 28 y el Partido Social Cristiano 28. Moreno y Lasso se ganaron el derecho a estar en el balotaje después de obtener los más altos porcentajes en la primera vuelta del 19 de febrero.
El ganador de anoche fue elegido por Correa -de quien fue vicepresidente dos veces-, para intentar la continuidad de PAIS en el Ejecutivo, mientras que el ex banquero Lasso sumó los apoyos de casi todos los demás postulantes de febrero.