Legrotaglie, como todos los grandes ídolos deportivos, perdió hace tiempo su apellido para inmortalizarse simplemente como "el Víctor".
Y eso mucho tiene que ver con su personalidad y amor por Mendoza. El "Maestro", como se lo conoce en el ámbito futbolístico, llamativamente no hizo escuela en el fútbol. Es que no la necesitó. Saltó de los picados barriales a la Primera sin escalas y allí se quedó durante más de 25 años.
Sus gambetas, sus jueguitos con todo lo que le tiraba una tribuna (desde naranjas hasta pelotas de golf) y sus goles olímpicos son recuerdos imborrables.
"Hoy Mendoza está de fiesta, llegó el Víctor con su orquesta", cantaba la tribuna en aquellos memorables 70. Fue elegido el mejor futbolista del siglo por el Círculo de Periodistas del Nuevo Cuyo. José Néstor Pekerman (ex técnico del equipo nacional) lo eligió en su equipo ideal de todos los tiempos y otros personajes, como César Luis Menotti, aseguran que fue de los mejores jugadores que vieron.
Hace poco, un diario español destacó que está en el podio mundial entre los jugadores que más goles hicieron de tiro libre, incluso superando a Maradona y Messi.
Lo vino a buscar River, el Real Madrid, el Milan y hasta el Cosmos de Estados Unidos que tenía a Pelé y Beckenbauer, pero nunca quiso irse de Mendoza.
"Dónde me iban a tratar mejor que acá. Mendoza es mi lugar en el mundo y donde he sido feliz", dice a cada paso este lasherino de pura cepa.