Comprender de qué se trata el contenido de un texto y al mismo tiempo interpretar intencionalidades y mensajes, no sólo es una herramienta fundamental para, por ejemplo, dejar volar la imaginación a través de las páginas de un libro de cuentos.
Se trata más bien, de una capacidad cognitiva básica que debe ser incorporada e incentivada desde las primeras etapas de desarrollo infantil, de manera que la persona pueda construir sus pensamientos y sentimientos para luego expresarlos de manera adecuada.
De hecho, los especialistas en psicopedagogía, apuntan que una correcta lecto-escritura es un pilar fundamental en la vida de cualquier ser humano porque en las diferentes etapas del desarrollo atravesará todas y cada una de sus actividades.
Hoy, cuando las pantallas y la inmediatez de los mensajes ocupan gran parte de la atención de los niños, el desafío de padres y docentes reside justamente en lograr combinar estas herramientas con nuevas estrategias para reavivar el interés por la lectura.
Durante toda esta semana, las escuelas primarias de la provincia evaluarán a los alumnos de tercer grado en materia de lectura, de acuerdo a una disposición de la Dirección General de Escuelas (DGE), que buscará medir la comprensión lectora de los alumnos.
En todos los casos, la evaluación de cuatro minutos -que será anónima y no figurará en la libreta de calificaciones- consistirá en que los niños y niñas lean en voz alta letras, palabras y luego un texto. Más tarde, deberán responder algunas preguntas relacionadas al contenido de lo leído.
Los chicos de séptimo, en tanto, deberán rendir una evaluación de Lengua y otra de Matemáticas.
Nancy Caballero es licenciada en psicopedagogía y por estos días se encuentra dictando un post grado en Psicología de la Educación.
Desde su punto de vista, en la actualidad existe una gran deuda pendiente con la infancia y la juventud en materia de formación.
“Las deficiencias en la lectura existentes representan un problema grave porque impactan directamente en el aprendizaje”, recalca la especialista y plantea que hoy el gran interrogante es si el fracaso escolar está asociado a que los estudiantes no saben el contenido de lo que se les pide o si más bien se trata de una falencia al momento de comprender qué se les está pidiendo que desarrollen en las consignas.
“Si no se interpreta lo que se está pidiendo tampoco se puede saber qué es lo que hay que responder”, ejemplifica Caballero y sobre la concepción de “inteligencias múltiples”, advierte que el hecho de no saber leer conlleva a deficiencias mucho más profundas que sacar una mala nota en Lengua.
Dice que si una persona no sabe leer e interpretar se ve, cuando menos, limitada en su capacidad para descubrir en qué puede ser bueno/a o expresar lo que siente.
Desde ese punto de vista, la profesional analiza el tema desde una óptica amplia, que concibe a la lectura como la puerta de entrada al mundo de lenguaje. “La comprensión verbal abarca todos los aspectos de la vida. Va más allá de una medición a nivel escolar”, reflexiona Caballero.
Irene Gervilla también es licenciada en psicopedagogía y dicta cursos sobre estrategias de estudio a los estudiantes universitarios.
Puntualiza que si se pierde la riqueza que brinda la lectura, se pierden muchas posibilidades a futuro, ya que la persona queda inhabilitada para desarrollar numerosas capacidades.
“Las nuevas generaciones han nacido con las pantallas; para enviar un mensaje ya ni necesitan escribirlo. Pasan demasiadas horas al día frente a ellas y esto provoca un daño en la construcción del pensamiento. Hay que evitar que sean niños con desnutrición intelectual”, advierte la especialista.
