En un encuentro de la Copa Confederación africana, el segundo certamen más importante del continente, volvió a producirse un misterioso hecho. Al finalizar el partido con victoria para el Al Masry de Egipto sobre el Ifeanyi Uba de Nigeria por 1 a 0, debían definir la clasificación a la siguiente ronda en la tanda de penales.
Al comenzar la definición, el entrenador del conjunto egipcio se acercó al arco y robó un "talismán" que el arquero rival había ubicado junto a uno de los palos.
El portero le quiso explicar al árbitro lo sucedido, pero éste lo obligó a pararse sobre la linea de cal para comenzar la ejecución. Sin su preciado objeto, el arquero del Ifeanyi Uba no sólo no tapó ningún remate, sino que sus compañeros erraron todos y su equipo quedó eliminado.
En diciembre, un hecho similar ocurrió en Ruanda y obligó a la federación de aquel país a prohibir la brujería en los partidos. Habrá que esperar si la Confederación Africana toma alguna medida al respecto.