Un robo cometido en la casa de Adriana Morillo y su hija, en el barrio Cerros Colorados en Juan Koslay, San Luis, sigue sin resolverse. Si bien la víctima asegura saber dónde están sus pertenencias sustraídas gracias a Netflix, la Policía no efectuó allanamientos.
El 19 de octubre pasado, delincuentes les desvalijaron la casa y le dejaron un cartel que decía "Vamos a volver". Pero pasaron los días y la mujer descubrió gracias a Netflix (inicio de sesión) la dirección en dónde están sus cosas. Ella dice que entregó los datos a la policía y que no tuvo respuesta.
Según se supo, pocas horas después de consumado el robo, Adriana comenzó a recibir notificaciones en su mail sobre la conexión de su cuenta en la plataforma de series y películas, en uno de los dos televisores que le robaron.
De inmediato consultó con tres personas para que la ayudaran a rastrear la dirección y todas coincidieron en el mismo punto geográfico.
"Les digo a los efectivos que tengo la ubicación pero me responden que no podían ir porque no tenían orden de allanamiento. Es decir, en menos de 24 horas sabía dónde estaban las cosas, pero los policías no hicieron nada", manifestó la damnificada en El Chorrillero.
Sin novedades de parte de la Policía, Morillo decidió recorrer diferentes oficinas para encontrar respuestas. Primero acudió a la División de Investigaciones. Allí le dijeron que desde el destacamento policial no habían comunicado "nada sobre el tema".
Es por ello que decidió ir a Terrazas del Portezuelo para hablar con el ministro Ernesto Ali pero no pudo encontrarlo. En su lugar la atendió el jefe del Programa Seguridad, el comisario Claudio Latini, quien contactó al director de Investigaciones, Roberto Molina. Este último le aseguró que "estaba al tanto".
La respuesta hizo que detuviera su búsqueda por un tiempo, a la espera de un avance en la investigación. Pero siguió recibiendo notificaciones de Netflix y no aguantó más.
La semana pasada llegó hasta al Poder Judicial para realizar un pedido de avocamiento en el Juzgado de Instrucción Penal Nº 2. Pero, otra vez, no tuvo novedades. El caso, según la mujer, sigue "sin moverse".
Por eso fue que buscó la mejor manera de llegar al ministro de Seguridad y lo logró. Aunque el resultado fue aún más desalentador: "Decidí enviarle un mensaje por WhatsApp al ministro. Como no me respondía le escribí nuevamente y me bloqueó", señaló al sitio local de noticias.
“Les di todos los elementos para que pudieran hacer las cosas y no lo hicieron, esa es mi bronca. Nadie hace nada”, expresó.
El caso
El robo fue el viernes 19 de octubre alrededor de las 17.30 cuando Adriana y su hija se habían ido al centro. Al regresar, cerca de las 21, Morillo pasó por el hogar de una amiga, dejó a la pequeña y se fue a su casa. Allí se encontró con la indignante imagen. Se habían llevado dos televisores, una cámara de fotos, un microondas, una tostadora, una computadora de escritorio, una guitarra criolla nueva con estuche, una juguera y una cafetera, entre otras cosas.
Pero lo que más escalofríos le dio a Morillo fue un detalle que hizo que la noticia de su robo llegara a los medios nacionales: en la pizarra en la que su hija hacía la tarea, los delincuentes escribieron "vamos a volver".
La sospecha de la mujer es que "actuaron varias personas" y que "utilizaron una camioneta o un vehículo grande" debido a la rapidez con la que trabajaron. Los vecinos de las casas contiguas no estaban y el resto del barrio dice no haber visto nada. La policía patrulló ese mismo día la zona y hasta allí avanzó el caso.