Le pagamos al mercado la factura de la desconfianza - Por Javier Álvarez

Sturzenegger está caminando un sendero parecido al de otros bancos centrales.

Le pagamos al mercado la factura de la desconfianza - Por Javier Álvarez
Le pagamos al mercado la factura de la desconfianza - Por Javier Álvarez

Las tensiones sobre el dólar volvían a dar la nota este jueves en el mercado cambiario argentino debido a que los inversores financieros seguían desarmando posiciones en pesos, justo cuando las monedas del mundo perdían valor.

“Estados Unidos se resfría y en la Argentina y la región tenemos neumonía”, graficó ayer un operador del mercado porteño, al sostener que no eran sorpresivas las tensiones sobre el tipo de cambio.

¿Qué está ocurriendo? El dólar se fortalece en el mundo por la suba de la tasa de interés de sus bonos y los países dejan caer ligeramente el valor de sus monedas para ganar competitividad comercial.

Es sencillo: los inversores que están en otros países venden lo bonos, títulos, acciones y demás instrumentos y compran dólares para apostar a los bonos o títulos estadounidenses que les aseguran un mayor rendimiento.

Básicamente, que la mayor potencia económica mundial muestre tasas de interés más altas significa, entre otras cosas, un mayor costo de endeudamiento (para países que dependen de él como la Argentina) y mayor valor del dólar en el mundo.

Por eso los inversores que pusieron su dinero en Lebac en 2016 y 2017 atraídos por tasas que habían alcanzado el 38% exigían ayer jueves al Banco Central que elevara el rendimiento para quedarse.

¿Presos de la especulación alimentada por la bicicleta financiera? Sí, en parte ésa es una de las causas que llevaron a la política monetaria a una encrucijada que podría dejar sepultado hasta nuevo aviso el proceso de desinflación que obsesiona al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.

Esto se sumó a otras complicaciones locales como el desarme de inversiones en pesos de inversores extranjeros a los que el Gobierno empezó a exigirles el pago de impuesto a las Ganancias.

Además, los grandes jugadores del mercado están viendo que la Argentina padecerá este año de la escasez de divisas dado que la cosecha de soja que estaba prevista en 56 millones de toneladas será       -al menos por ahora- de sólo 38 millones de toneladas por el impacto de la sequía.

A eso se suma que hay silobolsas llenos en los campos dado que los grandes productores y acopiadores no están vendiendo todo el stock a la espera de la suba del billete verde y la baja de retenciones, que se recortan de a medio punto porcentual por mes.

Por todo, el Banco Central tuvo que vender unos 7.252 millones de dólares en los últimos 60 días y encarecer fuertemente el costo del crédito, lo que impactará en la economía ralentizando su expansión prevista.

¿Es buena la estrategia de subir tasa y vender reservas? En principio, Sturzenegger está caminando un sendero parecido al de otros bancos centrales para enfrentar tensiones cambiarias excesivas por cambio de carteras, pero con la credibilidad golpeada.

El mercado no tomó de buena manera que el ala política del Gobierno haya modificado las metas de inflación el 28 de diciembre pasado al Banco Central. Parte de esa desconfianza la está facturando ahora.

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