La Justicia dispuso hoy el secuestro de cuadros y de una serie de bienes del periodista uruguayo Víctor Hugo Morales, en cumplimiento de una sentencia de reparación económica por haber transmitido sin permiso un partido entre Real Madrid y Boca en el año 2000.
En cumplimiento de la disposición, firmada por el juez Fernando Saravia, un grupo de tasadores se presentó este viernes cerca de las 11 en el departamento de avenida del Libertador al 2.400 (CABA) del locutor y procedió a llevarse cuadros, entre los que figuran obras de Castagnino y Alonso, entre otros artistas famosos.
Los bienes secuestrados al locutor saldrán a remate en diez lotes, con una base de $300.000, aún cuando el valor de mercado es muy superior.
"Aparecen de sorpresa. Podrían haber avisado. Me quedaba en casa y no dejaba a mi familia atribulada a esto", dijo el relator al arribar a su casa, ya que estaba en su programa radial cuando se enteró del allanamiento, pese a que periodistas del canal C5N estaban allí.
Morales había transmitido sin autorización las imágenes del partido en que Boca Juniors le ganó a Real Madrid la final de la Copa Intercontinental disputada el 28 de noviembre de 2000 en Tokio, Japón.
El juzgado realizó el operativo para cumplir con una sentencia de la Corte Suprema de Justicia. Es que la máxima instancia judicial ratificó en septiembre de 2015 un fallo contra Víctor Hugo Morales, su productor Eduardo Metzger y Canal 7 (ATC) a pagar en ese entonces 3,5 millones de pesos ($842.000 más intereses a cada uno), por emitir en directo 76 minutos de la final que Boca ganó por 2 a 1, en su programa Desayuno. Los derechos de televisación eran de Cablevisión, cuando sus accionistas eran Hicks y Liberty, informó diario Clarín.
Los abogados del estudio Sáenz Valiente señalaron que "el monto de la condena cuyo pago debe hacer efectivo el señor Morales, incluyendo intereses a la fecha de su efectivo pago, asciende a $4.155.751, monto que se niega sistemáticamente a abonar, pese a las sucesivas intimaciones judiciales".
Cablevisión le había pagado a Boca poco más de 1 millón de dólares para tener los derechos exclusivos de radio, televisión y de cualquier otro medio o soporte audiovisual. La compañía era la única que podía comercializar publicidad durante la transmisión. A su vez, vendió derechos a distintos cableoperadores del interior del país, y había llegado a un acuerdo con ATC para que lo emita en diferido, aunque esa operación se frustró horas antes del partido.