Era la oportunidad pero no pudo. Era la noche, pero los planetas no se alinearon. Era la fecha para ver a todos desde arriba, pero enfrente de Independiente estuvo el práctico Santamarina, que se llevó un triunfazo con dos goles de Fernando Telechea.
Con esa misión de seguir en racha ganadora en su cancha, la Lepra salió a comerse al líder y en cinco minutos tuvo dos jugadas claras de gol.
Pero con el correr de los minutos esa tromba del comienzo comenzó a diluirse dejando que Santamarina creciera.
En esa levantada, la visita fue más práctica que la Lepra y apareció Juan Gáspari habilitando a Fernando Telechea para que definiera ante un Servio que no pudo hacer nada.
Ese gol hizo que los ánimos se calmaran en el equipo. El tándem Peralta-Méndez ya no desequilibraba por la derecha, Dolci no podía hacerse patrón en el medio y Agustín Sanfilippo estaba cada vez más lejos de los volantes, aislado. Así a la Lepra le costaba el juego aso-ciado, dejando el espacio para que la visita comience a controlar el ritmo del encuentro y así comenzó a desaparecer lo bueno que se hizo en el arranque del partido y el equipo cayó en una laguna de la que no sacó nada positivo.
Ya en el segundo tiempo, cuando los azules se habían mentalizados en salir a buscar el empate, otra vez apareció Gáspari, para habilitar otra vez a Telechea y así poner otro golpe de nocaut como para no dejar que Independiente encuentre la reacción necesaria para buscar el empate.
Independiente estaba descontrolado, sin encontrar el rumbo para llegar entonado al final del partido y a medida que el reloj corría, las ideas eran cada vez más escasas.
Aprovechando la confusión de Independiente la visita controló el partido con una línea de volantes muy ordenada, hasta que Pablo Quinteros decidió mover el banco de suplentes y empezó a mandar los “ofensivos” a la cancha.
Así vieron acción Rodrigo Gutiérrez y Hernán Gautier como para salir a buscar el descuento y el posterior empate.
Sobre el final la Lepra quiso llevarse por delante a Santamarina, pero apareció la figura de Leandro Requena para ahogar un par de situaciones claras de gol.
El descuento de Rodrigo Gutiérrez sirvió para que la euforia empuje a un Independiente que le costó mantener el ritmo que propuso desde el arranque.
Por su parte, Santamarina consiguió su séptimo triunfo al hilo y es más líder que nunca, ya que sacó una buena diferencia a sus perseguidores.
Ahora Independiente ya tendrá que pensar en Chacarita, con quien jugará el sábado, y analizar si habrá algunos cambios pero dejando en claro que hay que sumar para que esta derrota no duela tanto y seguir prendido en el lote de los de arriba.