Un hombre le confesó a su esposa, a través de la aplicación de mensajería de WhatsApp, que había abusado en reiteradas oportunidades de la hija de 11 años que tienen ambos, hecho que se repitió cada vez que la mujer se ausentaba de la casa en la que vivían los tres en Merlo, San Luis. El hombre está prófugo.
El caso se conoció cuando la menor le contó a la madre lo sucedido confesándole que el propio padre cometía los abusos desde hace aproximadamente un año, cada vez que la madre salía de la casa "para sacar la basura o mientras se iba a colgar la ropa".
Según informó TN, la mujer increpó al hombre y este escapó, buscó sin éxito refugio en la casa de un familiar y ahora nadie sabe dónde está. Sin embargo, le envió a su mujer un audio en el que admite su responsabilidad: "No te voy a negar que manoseé a mi hija pero cuando me di cuenta ya era tarde. Abusarla no la abusé pero ya sé que manosearla es violación. Pero bueno, qué va a ser. La Justicia vendrá, no voy a negar que la manoseé. No sé qué me pasó por cabeza", confesaba el hombre en menos de un minuto de nota de voz.
La familia vivía en la esquina de Alvarado y Zabala, en Merlo, San Luis, donde durante un año la hija de ambos sufrió un calvario. "Metía sus manos por debajo de mi ropa y yo no podía contar nada porque me dijo que iba a matar a todos y yo tenía mucho miedo", le confesó la menor a su madre cuando se animó a contar el infierno que vivía.
La causa está siendo investigada por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 10 de Morón, que tomó la denuncia antes de que el hombre confesara lo sucedido por WhatsApp, sumado a esto, la menor confesó luego que también había sufrido abuso con acceso carnal.
A pesar de todo esto, el hombre sigue prófugo y la policía asegura estar trabajando en encontrarlo. "Era violento, vivía gritando, se enojaba por todo, me maltrataba a diario y hasta llegó a pegarme. Sin embargo, nunca imaginé que iba a hacerle algo así a nuestra chiquita", confesó la esposa del hombre.