Un acompañante terapéutico, estudiantes, policías retirados y en servicio, bomberos, maestros y médicos integran un heterogéneo cuerpo de brigadistas en emergencias, que se acaba de formar en Lavalle.
La iniciativa de este voluntariado partió de la Municipalidad norteña, pero la propuesta ancló rápidamente en distintos niveles de la sociedad lavallina: hay representantes de poblaciones tan dispersas como Villa Tulumaya, Jocolí, Lagunas del Rosario y Costa de Araujo.
El grupo lo componen alrededor de 30 personas, con edades comprendidas entre 18 y 65 años, que se reúnen a entrenarse y capacitarse en la sede de la Dirección de Contingencias, sobre la ruta 24, a pocos metros de la rotonda de Roque Montenegro.
El disparador de la agrupación de manos solidarias fueron las fuertes lluvias y caída de granizo que castigaron las poblaciones del desierto, en el verano de 2015.
“Los vecinos querían ayudar y no había noción clara de cómo apoyar a los que estaban en emergencia de manera ordenada y eficiente” relata Vilma Ávila, trabajadora social, y una de las organizadoras del cuerpo voluntario.
La coordinación de la brigada fue confiada a Carlos Arboleda (45), bombero voluntario y especialista en emergencias y catástrofes. “Estamos gratamente sorprendidos por la respuesta de los que se unieron. En poco tiempo, a partir de la convocatoria de febrero, reunimos a estudiantes universitarios, ex policías, trabajadores sociales, docentes, profesionales y hasta tres integrantes de la comunidad huarpe de Lagunas del Rosario y San José”, sostuvo Arboleda.
El desencadenante de la formación de esta agrupación tuvo impulso a partir de las precipitaciones intensas que castigaron la zona del secano, en febrero de 2015. “Por supuesto que en esa ocasión actuaron los municipales y otras áreas, pero los ciudadanos se movilizaron con mucho corazón para colaborar, de manera espontánea”, comentó el coordinador.
“El propósito es tener un cuerpo entrenado y con misiones específicas a encarar, que actúe en coordinación y subordinado a quienes se desempeñen como jefes de los operativos”, precisó.
Un resultado práctico de la unión de medios estatales y público fue la reparación de techos de viviendas en el Camino de los Huarpes, como ocurrió en el puesto Los Amigos, en la entrada de la población de Lagunas del Rosario.
Ahora, los ciudadanos tendrán la posibilidad de apoyar a las fuerzas públicas que actúan en episodios de crisis o inconvenientes naturales o cualquier otro tipo.
Los voluntarios están en plena etapa de capacitación en primeros auxilios, RCP (resucitación cardiopulmonar), comunicaciones, rescate de personas en incidentes de tránsito o que hayan caído a cauces. El cometido de enseñar reunió a ONGs, como la Asociación de Voluntarios en Emergencias y Catástrofes, bomberos forestales, la legión “Cruz del Sur” (trabajo en equipo), Defensa Civil, bomberos de Policía de Mendoza y médicos de la zona.
Compromiso
Nicolás Romero (22, acompañante terapéutico) se plegó al cuerpo. “Me gusta ayudar, ser un granito de arena en una labor de grupo. También disfruto aprender y ayudar a la vez”, apuntó.
Una mujer como Nancy Palacios (policía retirada) podría estar solo atenta a su hogar, su esposo, hijos y nietos, pero fue una de las primeras en anotarse. “Fui cuerpo comando durante 25 años en la Policía de Mendoza y policía aduanera en la IV Brigada Aérea. Estoy capacitada para actuar en el terreno. Me he vinculado a este movimiento porque es un servicio altruista, con raíz en la población civil”, explicó.
En ese tono también se explayó Javier Abarsa (30), con preparación durante 15 años en bomberos voluntarios y en la carrera militar, como suboficial en la IV Brigada Aérea. Posee un minimarket en Villa Nueva, pero sabe que los sábados (días de reunión del grupo) los tiene asignados al cuerpo brigadista de Lavalle.
El vecino Daniel Guardia (57) apoyará desde afuera. “Es un proyecto importante y necesario, especialmente para actuar en determinadas contingencias, orientando a las personas en situaciones de crisis”, afirmó.
Otra participante de la misión en marcha es Andrea Díaz (23), una agente sanitaria en Jocolí. “Vivo una región alejada, en el pueblo Elías Levinsky, a 35 kilómetros de la ruta nacional 40. Estamos lejos, nos faltan servicios y es bueno que haya habitantes capacitados para actuar. No estoy sola, ya que integramos un grupo de cinco chicos de la zona”, señaló.
Otra representante de las comunidades alejadas es Maribel Quiroga, de Lagunas del Rosario, un sector muy distante de Villa Tulumaya, donde los brigadistas podrán aportar muchos servicios.
Edgardo González, director de Desarrollo Humano, que es el enclave municipal de este proyecto, comentó que está en proceso un cuerpo de mini brigadistas, chicos de 6 años a 12 años, con el propósito de iniciarlos en la práctica de determinados valores culturales y en la concientización social y ambiental.
Capacitación de bomberos
En la Villa Tulumaya se realizó un curso de entrenamiento en protección y seguridad ante desastres naturales. Participaron 100 bomberos de Mendoza, de otras provincias y de Chile.
Se realizó un simulacro de salvataje en una estructura colapsada, organizado por la Federación Mendocina de Bomberos Voluntarios, con el apoyo de la Municipalidad. Los voluntarios debieron abastecerse de comida e hidratación durante tres días, en diferentes escenarios, haciendo uso de su equipamiento.
Para agendar
Los interesados en sumarse al grupo de brigadistas pueden escribir por e-mail a ccontingencialavallemza@gmail.com, llamar al 152059713, o asistir personalmente a la Dirección de Contingencia (ruta 24, a metros de la rotonda Roque Montenegro), de lunes a viernes, de 8 a 12.