Mauricio Macri aprovechó el vuelo desde Córdoba a Capital Federal, el viernes, para analizar con parte de su equipo el estado de las negociaciones con Roberto Lavagna.
El jefe de Gobierno comentó durante la hora y cuarto que duró el traslado que los tiempos electorales se han acelerado y que no pueden esperar mucho más la decisión del economista. Esto es: si en los próximos días no hay avances concretos, lanzará la candidatura a senadora de Gabriela Michetti. Y, si alguien en el Pro le quiere dar pelea a la diputada (¿se decidirá Horacio Rodríguez Larreta?), Macri promoverá la interna.
La semana pasada, el macrismo y Lavagna se sacaron chispas. Primero por el enojo del Pro con la foto de Lavagna en Córdoba, rodeado de peronistas, y luego por las críticas del ex ministro a la represión policial en el Borda. Sin embargo, en el final de la semana hicieron las paces y parecían preparar el clima para sellar la alianza. "A ninguno nos conviene no ir juntos", explicaban de uno y otro sector. Pero algo se quebró y las negociaciones se enfriaron. Una especulación es que Lavagna querría poner a un moyanista en la nómina y Michetti, eventual número dos, se niega.
"Mauricio no está enojado con Roberto, simplemente sostiene que no queda tanto tiempo y ve que del otro lado dan muchas vueltas", explica uno de los armadores del Pro. También insisten con que Michetti mide igual o más que Lavagna. En las oficinas de Lavagna son menos ansiosos: "Hay que ir paso por paso. Faltan definir los lugares en las listas, el discurso y la foto del día después".
El último punto es el más complejo. Lavagna no quiere bendecir la candidatura presidencial de Macri. Y éste imagina una victoria amplia, con un peronista de peso como Lavagna de aliado, para poder potenciarse rumbo a 2015.