Lautaro Perotti: “Quería hablar de la soledad y el desencuentro”

El autor y director de la obra "No todas las palabras", que la compañía porteña Timbre 4 presenta hoy en Mendoza, cuenta cómo surgió esta puesta sobre ocho vecinos de un departamento cuyas historias se entrecruzan en un entramado de comedia, drama, ficció

Lautaro Perotti: “Quería hablar de la soledad y  el desencuentro”

La investigación constante, atravesada por la cotidianidad que nos rodea, desarrollar diferentes áreas dentro del teatro, rompiendo algunos moldes.

Ese es el espíritu que vio nacer a Timbre 4, la compañía de teatro que nació en 1999 y dirige Claudio Tolcachir.
Más de 15 años pasaron de sus inicios y hoy conforman un grupo sólido, con diferentes representaciones en España, Francia e Italia, además de llevar sus montajes a escenarios internacionales.

Pero como reafirma el actor, director y dramaturgo Lautaro Perotti, ese cimiento sigue intacto. Y de ahí, las múltiples obras que el grupo lleva a escena.

Ahora Perotti llega a Mendoza con “No todas las palabras”, la comedia dramática que estrenó el año pasado y con la que la compañía recala en la escena local tras un largo período de ausencia.

En su estado natural de inquietud, el joven artista, transita por las diferentes líneas del teatro y la actuación, sin inquietarse a lo desconocido. En pleno proceso de filmación de una película en Madrid, España, dirige su texto “Siempre me resistí a que terminara el verano”. Además de disfrutar del éxito rotundo de “Dínamo”, uno de los últimos montajes, en el que comparte la dirección con Claudio Tolcachir y Melisa Hermida.

La subjetividad de lo que no se dice

En “No todas las palabras”, el director presenta una historia que indaga en la soledad y los problemas de cada personaje. Aquí, ocho vecinos se reúnen en un departamento y allí se van desarrollando cada historia.

-¿Cómo surgió la obra?

-Surgió de trabajar con estos actores. Cuando termina la escuela, con algunos alumnos encaramos proyectos. Por otro lado tenía en la cabeza una historia para hablar de gente con soledad, el desencuentro, con miedos. Gente que no logra resolver sus problemas y son conscientes de eso, pero no pueden. Eran parte de lo que rondaba por mi cabeza. Después me seducía que esa gente estuviera cerca, pero que no puedan encontrarse. Por eso surgió que fueran vecinos. Ese fue el origen.

Entre ellos y yo fuimos construyendo los personajes y luego armé las historias. Se van cruzando. Si bien hay personajes que tienen historias juntos, me seducía eso. Como tantas veces pasa en la vida, gente que vos ves, que están tan ensimismados en sus problemas y no tienen la capacidad de ayudar.

La obra, conecta al espectador con un mundo al que, tal vez, ya no estemos tan acostumbrados: realidades cotidianas, conversaciones cara a cara, corporales, con seres tan cercanos que hasta incluso podemos ignorar su existencia, nuestros vecinos de al lado.

La palabra, el lugar espacio nuestro y de los demás, lo análogo antiguo de las relaciones, la falta proyectada en la acción del otro, el sujeto sostenido en el deseo, la apariencia que se vence frente a los tentáculos del capricho. ¿Quién acaso tiene la razón en esta obra? Aquí sí la subjetividad brinda espacios al espectador para llenarlos con el background que le apetezca.

María Cecilia Cervini, Andrés Ciavaglia, Beatriz La Candia, Marcelo Mahmud, Mercedes Moltedo, Mercedes Saá, Tomás Sala y Lidia Suchin, son los actores que encarnan a estos personajes, cotidianos y a la vez, desconocidos. La extranjera, la mujer sola, la mujer justa, el amor envidiado, la maga sin título, el director sin teatro, el golpeador compulsivo y la conciencia de diálogo con la Cuarta Pared, esa que es esencial para incluirnos en la globalidad posmoderna de un siempre participar.

-Y en ese devenir de los problemas, ¿cómo se conjuga el humor en el texto?

-A mi me gusta conjugar las cosas más oscuras, más tristes de la vida, con el humor. Que se mezclen, eso resulta en la obra. Como espectadores, no vemos toda la historia de esta gente, si no que vemos pequeños momentos que se van entrelazando entre ellos. Y que nos van a dar en totalidad otra mirada.

-¿Cómo se concibe el teatro de Timbre 4?

-Timbre 4 nació como un espacio de investigación que nos contuviese como grupo y que nos permitiese desarrollar las áreas que necesitamos y queremos investigar. Ese fue nuestro origen con una sala de ensayo. Luego fue creciendo, pero el origen sigue siendo el mismo. Eso no cambia. Yo actúo en una obra, me pongo a disposición del director, escribo, dirijo y no me preocupa, corrernos de los lugares cómodos, comunes. Me gusta el estado de curiosidad. Ahora estoy filmando una película como actor. Vengo de España de dirigir un texto mío y me seduce estar cambiando todo el tiempo de lugar y desafiandome.

-¿Qué te moviliza escribir una nueva historia para llevarla a escena?

-Me gusta escribir sobre las personas, las historias de vida de los personajes. Después me encontré escribiendo sobre cuestiones que me afectan en mi vida personal, mi estilo, una modalidad, no me preocupa. Me gusta mezclar y probar distintas obras. Me interesan las historias de los seres humanos.

La ficha

"No todas las palabras"
Dramaturgia y dirección: Lautaro Perotti
Actúan: María Cecilia Cervini, Andrés Ciavaglia, Beatriz La Candia, Marcelo Mahmud, Mercedes Moltedo, Mercedes Saá, Tomás Sala y Lidia Suchin.
Día y hora: hoy, a las 21.30.
Lugar: sala Roja, Centro Cultural Julio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén). 
Entrada: $120.

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