Oficialmente la condena de Amado Boudou empezó a gestarse en febrero de 2012, cuando Nicolás Wiñazki entrevistó a Laura Muñoz en Radio Mitre.
Muñoz era la esposa de Alejandro Vandenbroele, el hombre que figuraba como dueño de The Old Fund, la sociedad que se quedó con el control de Ciccone Calcográfica. En esa charla empezó a develarse la trama por la que el ex vicepresidente quiso quedarse con la única imprenta privada de Argentina con la tecnología necesaria para imprimir billetes.
Muñoz vive en Chacras de Coria. Se vino a vivir en 2006, cuando se casó con Vandenbroele. Ella cuenta que el proceso que ayer concluyó con la condena empezó a gestarse "en el segundo semestre de 2009 empecé a sospechar que algo turbio estaba sucediendo. Algunas cosas me contó, otras las descubrí yo, hasta que él abandona la casa, opta por el poder".
El ex marido de Muñoz tuvo una condena mucho mas suave; dos años en suspenso. "No voy a juzgar el fallo de la Justicia. Me parece que el haberse declarado imputado colaborador eso le dio la posibilidad de no ir preso. Le insistí bastante que lo haga, porque tenía temor por su vida, porque quería que él se reivindique ante los ojos de nuestra hija; trató de ser digno, aunque sea a último momento", dijo.
La denunciante reitera lo que debió pasar por haber abierto esa puerta. “Me quedé sin marido, sin familia materna, me querían sacar mis hijos, me querían meter en un psiquiátrico, me quisieron meter presa”.
El alejamiento de su familia materna tiene que ver con una presentación su mamá, Azniv Tokatlian, hizo en la justicia mendocina a fines de marzo de 2012. En aquellos días algunos medios K se hicieron eco de esa presentación en la que se acusaba a la ex de Vandenbroele de inestabilidad psíquica.
“A pesar de eso, crecí enormemente como persona, sin tener la certeza de que esto iba a resultar. Lo tenía que hacer resultar por mis hijos, tenía que demostrarles que lo importante es hacer lo correcto. Tenía la obligación como madre de ser el resguardo de la verdad para ellos”.
-Ahora cambió todo...
-El cambio de gobierno me ayudó un montón. Ya no tuve esa presión que tenía en el gobierno de Cristina, que era un agobio permanente. Al cambiar de gobierno eso se fue, como testigo tuve por primera vez la protección y el apoyo que debí haber tenido siempre.
La vida de la denunciante parece estar encaminada: "Tengo otro trabajo, otro ámbito de relaciones, he podido reconstruir mi vida emocional. Yo fui volviendo a rearmar mi vida, como un rompecabezas. Sólo me faltaba la fichita de la justicia nada más".
