Laura Muñoz, la mujer que se animó a destapar el caso Ciccone, que llevó por primera vez en la historia a la cárcel a un ex vicepresidente argentino por corrupción, sigue radicada en Mendoza, aunque a fines del año pasado aseguró que "temía" que la mataran por lo que sabía en relación a los vínculos de su ex pareja Alejandro Vandenbroele con el ex vicepresidente y su supuesto testaferro María José Nuñez Carmona.
"Estoy rezando para que esta causa tenga un final en paz", había dicho la mujer, que vive en Luján. Muñoz afirmó que pasó años "muy duros" después de animarse a llevar el caso a los medios y recordó que "la pelea fue totalmente desigual, para mí fue tremenda. Pensé que quizá yo no iba a llegar a este momento, pensé que no lo iba a poder ver".
Muñoz subrayó además que "ante cualquier cosa mi prioridad era proteger la verdad, por supuesto que a mis hijos y la vida. Pero proteger la verdad y no dejarme sucumbir por ninguna presión".
Según recordó, "tuve que pasar por muchas pericias psicológicas y psiquiátricas, tuve que pasar por situaciones todas adversas y desconocidas para mí. Los códigos mafiosos a los que estaba expuesta para mí era un mundo desconocido. Por suerte tuve la fortaleza", y "estoy muy orgullosa de a pesar de todo, haber podido sostener todo esto"
"Los que roban y nos mienten van presos. Me parece que vamos por un camino correcto. Es una sensación buena. Nos acercamos a un país normal", añadió.