A lo largo de su vida no sólo apostó a la voluntad y el esfuerzo para concretar cada unos de sus proyectos sino que, además, abonó sus sueños de vocación con la libertad de elección que sus padres le inculcaron.
Laura Montero es la primera vicegobernadora en la historia de Mendoza, cargo que ocupa desde 2015 y que -reconoce- le ha permitido, en lo personal, crecer en cuanto a experiencia.
Pero, por sobre todo, el devenir en su carrera profesional y política la ha munido de todos los elementos necesarios para ser una mujer que busca acercarse a las inquietudes de sus pares femeninas, permeable a la escucha y atenta a las problemáticas de fondo que aún se evidencian en la sociedad en materia de género.
Es que para ella, las brechas entre varones y mujeres en todos los planos -principalmente familiar y laboral- siguen siendo una materia pendiente sobre la que, considera, los mendocinos deben arribar a consensos y animarse al debate.
Justamente, en el marco del octavo Ciclo de Encuentros organizado por Los Andes el jueves en las instalaciones de la Bodega Chandon (ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo), Montero fue una de las tres invitadas al nuevo intercambio, organizado en el Día Internacional de la Mujer, bajo la premisa de reflexionar en materia de igualdad entre varones y mujeres.
Junto a ella estuvieron la reconocida arquitecta Eliana Bórmida y la empresaria destacada internacionalmente Margaret Henríquez.
De tono pausado y perfilando a lo profundo de las temáticas que atañen a la mujer de hoy, la Vicegobernadora mantuvo una charla con Los Andes en uno de los amplios salones de la imponente bodega.
-En lo personal, ¿cuál considera es su principal herramienta para animarse a cada desafío?
-Creo que la perseverancia para tratar de lograr los objetivos que me he propuesto me ha jugado a favor. Un aspecto muy positivo que también me ha ayudado a cumplir cada una de las metas ha sido, desde que comencé en política, el trabajar en equipo, consolidar grupos de trabajo, pensar en lo colectivo y, por sobre todo, transferir la experiencia lograda a otras personas.
-El trabajo colectivo es más efectivo...
-Claro que sí. Considero que no perdí a muchas de las personas que han trabajado conmigo porque la dinámica es colaborativa, organizada y planificada. Eso anima mucho a la tarea y es un gran estímulo para superarse. La reflexión de Montero no es lanzada al azar. De hecho, asegura que el ingreso al mundo político desde aquella propuesta del ex gobernador Julio Cobos para administrar la economía provincial en 2003 (cargo que desarrolló hasta 2007) le permitió mantener un perfil más cercano a la gente y algo menos limitado al área técnica. Al igual que miles de mujeres, percibió las cuentas pendientes que la sociedad y también las leyes, tenían en relación con los derechos de todas y cada una de quienes pisan estas tierras.
-¿Cómo vivenció los cambios en materia de género a lo largo de su trayectoria?
-Tal vez no los percibí demasiado en un principio porque me abocaba, sobre todo, a temas técnicos. Esto, quizá porque estaba muy naturalizado el rol de la mujer en el lugar que la había puesto la sociedad, que era el de la conformación de la familia. Por eso ha sido tan importante para mí trabajar en materia legislativa al respecto.
-¿Cómo vivió ese proceso de ampliar la mirada hacia lo femenino?
-Creo que llegar al Congreso y a la Legislatura y poder trabajar desde ahí, ha sido una experiencia sumamente enriquecedora. Cuando llegué a la Cámara de Diputados (2007-2009) era necesario pensar en esos debates relacionados a devolver a las mujeres sus derechos. Había que tomar una postura, escuchar, formarse, empoderarse, tomar decisiones y enfrentar problemas que habían estado silenciados, entre ellos la violencia de género.
-Ese empoderamiento la impulsó a ir al fondo de las problemáticas que pesan sobre las mujeres...
-Me surgió la necesidad de legislar, generar instrumentos para aplicar políticas públicas que de hecho se generaron, aunque pesaba la brecha para su implementación. En 2015 se terminaron de consagrar los derechos civiles de las mujeres pero todavía faltaba seguir trabajando en el cambio cultural para que esto ocurra. Esto sigue siendo una realidad que hay que cambiar.
-¿Qué faltaría en este sentido?
-Derribar los mandatos que aún persisten en el plano social respecto del rol de la mujer. Ocurrió que ha habido un imperativo normativo que rebajó a la mujer en un papel disminuido y eso nos organizó como sociedad. Cómo será el nivel de retracción de la mujer en todos los planos, que hasta hace unos años ocupaba sólo el 5% de las bancas en el Congreso. Hubo que hacer una discriminación positiva, que es la Ley de Cupo, para que las mujeres llegaran al 30%. Por eso, repito: estoy absolutamente convencida de que hay que vencer las brechas.
-¿Persisten, pese a logros alcanzados, en los distintos planos del mundo laboral, económico y político?
-Claro que sí. Hemos avanzado en el ámbito legislativo, pero aún la brecha es significativa en el ámbito judicial y en el Ejecutivo provincial no se avanza. Tampoco en el ámbito empresarial y sindical.
-¿Qué es necesario reforzar para avanzar en este aspecto?
-Creo que los debates actuales son maravillosos porque de una experiencia individual surge una experiencia colectiva. Hay que promover los debates públicos sin miedo, ir en la búsqueda de consensos, utilizar la mediación, lograr ambientes colaborativos y no confrontativos para buscar una resolución pacífica de los conflictos.
Aborto y diversidad
-¿Cuál es su postura en relación con el aborto no punible?
-Dejé legislado al respecto para la despenalización del aborto en los casos en que ahora están amparados por la Ley (cuando una mujer es violada, cuando corre riesgo su salud o cuando presenta una discapacidad) y a partir de allí es fundamental avanzar en la aplicación de un protocolo. Hoy el debate está en determinar si el origen de la vida es desde la fecundación o bien desde la semana 12. Para mí ése es el debate de fondo, porque más allá de cada postura yo digo cómo respondemos frente a otros temas no resueltos aún, como la fertilización asistida, con embriones crioconservados. Son temas que como sociedad necesitamos resolver porque las ciencias médicas avanzan muy por encima de nuestras posibilidades. Entonces, si se toman opiniones muy radicalizadas no se puede llegar a una solución.
-¿Confía en que la sociedad mendocina llegue a un acuerdo en este sentido?
-Creo en la autonomía, la libertad y en la conciencia de las personas. Pero si tengo que hablar como madre, nunca recomendaría un aborto porque mi experiencia de la maternidad ha sido maravillosa. Creo que como Estado es importante poner reglas de base y hasta ahora me animo a avanzar hasta ahí, que es donde hay consenso. Al mismo tiempo, me cuesta pensar que una mujer merezca cárcel por hacer ejercicio de su autonomía y en el marco de sus convicciones. Me cuesta imponer este tipo de cosas.
-Las mujeres más pobres son las que tienen mayores dificultades para acceder a los planes de salud sexual y reproductiva. ¿Cómo es posible revertirlo?
-Las campañas de prevención del embarazo no deseado son fundamentales como así también la educación sexual integral para prevenir el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual. Creo que en las escuelas ésta es una materia pendiente. Esto es algo que los jóvenes están necesitando mucho. Es fundamental concientizar y brindar las herramientas necesarias para evitar los embarazos no deseados y, por lo tanto, el aborto.
-¿Qué debe potenciarse en la educación en relación al respeto a la diversidad y la igualdad de géneros?
-Tiene que darse de manera transversal en la sociedad y a lo largo de toda la formación de los niños y niñas. Esto es fundamental para no repetir estereotipos y roles.
Perfil
Nombre: Laura Montero
Profesión: Ingeniera Agrónoma egresada de la Universidad Nacional de Cuyo, con mención honorífica.
Personal: Hija de Elcira Lena, actriz, y de Rodolfo Montero, médico (ex secretario de Salud de Raúl Alfonsín). Socialdemócrata, afiliada a la UCR, madre de tres hijas y deportista.
Trayectoria: Fue ministra de Economía de Mendoza entre 2003 y 2007. Desde ese año y hasta 2009 fue Diputada Nacional. Luego, entre 2009 y 2015 se desempeñó como senadora nacional, siendo vicepresidenta del bloque de la UCR. Desde 2015 está a cargo de la Vicegobernación de Mendoza. Es la primera mujer en ocupar este cargo en la historia local.