Cuando levantó la estatuilla dorada, un aplauso honesto invadió el Dolby Theater en otro de los "mea culpa" que acostumbra Hollywood. Por casi dos décadas, la misma industria que este año le dio el Oscar, intentó condenar al olvido a Laura Dern, una actriz adelantada a su época, que siempre se mantuvo alejada de los arquetipos de moda, fue coherente con causas políticas y optó por aristas arriesgadas, bajo la dirección de nobles autores.
La hija de Diane Ladd y Bruce Dern ya había asistido a la ceremonia de los premios de la Academia de 1975 cuando su madre fue nominada como mejor actriz de reparto por "Alice Doesn't Live Here Anymore", de Martin Scorsese, donde la pequeña Dern hizo un cameo. Pero fue en los años '80 cuando Laura decidió dedicarse a la actuación.
Tras roles menores, escaló con un perfil osado en "Smooth Talk" y en "Mask" (1985) para finalmente lanzarse a "Blue Velvet" (1986) y la rebeldía de "Wild at Heart" (1990), que cimentaron su lazo artístico con David Lynch.
Cuenta la leyenda que Dern audicionó para ser Clarice en "The Silence of the Lambs" (1991), aunque los productores prefirieron a Jodie Foster. Curiosamente, en la entrega de los Oscars de 1992, Foster le ganó en la categoría de mejor actriz, cuando Laura obtuvo su primera nominación por "Rambling Rose", película por la que su madre también estaba nominada pero en reparto.
Su revancha llegó al año siguiente, cuando obtuvo el protagónico de la paleobotánica Ellie Sattler en "Jurassic Park" (1993), el filme de Steven Spielberg más taquillero de la historia en su momento. Le siguió "Citizen Ruth" (1996), aquella sátira sobre el aborto con la que debutó como director Alexander Payne.
Sin embargo, la bonanza mermó repentinamente. En 1997, Dern apareció en la sitcom de Ellen DeGeneres como Susan, una mujer lesbiana que confesaba sus sentimientos por Ellen, quien tras idas y vueltas alzó la voz -en el sentido literal, se escuchó en todo un aeropuerto- con la famosa frase "I'm gay". El testimonio generó una grieta impensada en el público -los conservadores alentaron la caída del rating- y la industria, en lugar de apoyar el movimiento, prefirió replegarse.
La musa de Lynch entró en una "lista negra" y sufrió hasta amenazas de muerte: "Mucha gente estaba preocupada. Y yo dije: 'Es ridículo'. Me di cuenta de que crecí en una burbuja y no medí el impacto. Lo noté cuando tomaba algo con Oprah y de repente una tropa de policías llegó al set mientras ensayábamos. Dijeron 'Hay una amenaza de bomba' y literalmente nos echaron". Dern halló refugio en telefilmes, además de algunos roles secundarios.
En 2006, Lynch la reclutó para la tan incomprendida "Inland Empire". Harto del ninguneo y de las quisquillosas campañas mediáticas para los Oscars, el propio director amenazó con detener el tráfico en la Sunset Boulevard de Hollywood: se sentó en su reposera acompañado por una vaca y un cartel gigante que decía "For your consideration Laura Dern". La actriz fue ignorada, aunque consiguió su segunda nominación al Oscar varios años más tarde por "Wild" (2014), de Jean-Marc Vallée.
Tras el breve pero fantástico protagónico en "Enlightened", serie estrenada en 2011 por HBO y co-creada por Dern y Mike White, Vallée convocó a la actriz para dar vida a la implacable Renata Klein en "Big Little Lies", junto a Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley y Zoë Kravitz. En paralelo, Dern retornó con Lynch para el revival de "Twin Peaks", sellando una alianza consagratoria.
Durante la década, la cosecha fue vasta y diversa. Dern estuvo en la excelente "The Master" (2012), de Paul Thomas Anderson, y se cruzó al universo Star Wars en "The Last Jedi" (2017), de Rian Johnson, la más sólida de la trilogía. Y para HBO protagonizó "The Tale" (2018), ejemplar drama sobre la memoria, la infancia, las cicatrices, los abusos y la resiliencia.
Además de la segunda temporada de "Big Little Lies", en 2019 Laura interpretó a Marmee, la mamá de las chicas March, en "Mujercitas", de Greta Gerwig. Mientras en "Marriage Story", de Noah Baumbach, fue la abogada que se descalza para asesorar a Nicole (Scarlett Johansson) y la responsable de un monólogo sobre el juicio social a las mujeres y ese Dios -u hombre- que nunca aparece. ¿El resultado? El Bafta, el SAG, el Globo de Oro y, finalmente, el Oscar a mejor actriz de reparto.
"Si quieren hablar de un segundo capítulo en mi vida, que lo hagan. No me importa. Yo también siento un nuevo apetito y más ganas de explorar con amor y furia dentro de un mundo que adoro, como es la actuación. Es increíble sentirme la Laura más atrevida de mi carrera", admite la actriz, que a sus 53 años será la heroína principal en "Jurassic World 3" (2021).