Seriedad. Trabajo. Experiencia. Esas son las cualidades que buscaban en Boca para elegir a su próximo director técnico y son tres que se le pueden atribuir al entrenador de Huracán, Gustavo Alfaro.
A los 56 años, al oriundo de Rafaela se le presenta la oportunidad de estar al mando del Xeneize. Justo cuando, según él, está sobre el final de su carrera: "Tengo tres o cuatro años más, imagino. Me voy a ir de la misma manera de la que llegué: en silencio y silbando bajo", había sostenido en 2017 en una entrevista con el diario La Nación.
Alfaro es uno de esos entrenadores que dejan una huella en sus dirigidos. Cotidianamente mantiene charlas individuales con sus jugadores y éstos valoran mucho sus explicaciones previas a los encuentros: "Es el número uno dando una charla técnica", dicen desde el plantel. Asimismo, sus jugadores destacan la facilidad con la que detecta falencias y virtudes en los rivales y creen que éste es su punto más alto.
Durante su carrera, Lechuga tuvo que convivir con el mote de ser un entrenador defensivo. Él no lo ve así y, pese a creer que argumentar lo contrario es ya una batalla perdida, elige una frase del científico Albert Einstein para referirse al tema: "Es más fácil desintegrar un átomo que un preconcepto".
Tácticamente, siempre se mostró pragmático, con los ojos puestos en el rival de turno. Sea 4-4-2, 4-3-3 o 4-5-1, nunca le tembló el pulso para cambiar de sistema dependiendo del partido. Eso sí, pese a las acusaciones de ser defensivo, nunca negoció su vocación ofensiva. En Huracán, sea con Patricio Toranzo de doble cinco, Ignacio Pussetto, Alejandro Romero Gamarra, Ramón Ábila y Fernando Coniglio; o con Carlos Auzqui, Andrés Roa, Lucas Gamba y Andrés Chávez, siempre tiró atacantes a la cancha. Lo que modificaba era su forma de atacar.
A equipos como Boca o River les aplicó una presión alta para ahogarlos en la posesión, mientras que a otros, como a Lanús, les cedía el control del balón y jugaba al contragolpe.
A pesar de ser halagado por sus dirigidos y haber obtenido grandes logros con Arsenal -Copa Sudamericana 2007, Torneo Clausura 2012, Supercopa Argentina 2012 y la Copa Argentina 2013-, sólo tuvo una oportunidad en un equipo de los denominados grandes; San Lorenzo (22 partidos jugados, ocho victorias, cinco empates, nueve derrotas, 35 goles a favor y 43 en contra).
Por eso, Alfaro manifestó sentirse más valorado fuera del país: "He tenido chances de Nacional y Peñarol, de Cerro Porteño y Olimpia, de Universidad de Chile y Colo Colo, de Atlético Nacional, de DIM, de Liga de Quito... Todos grandes. Me gusta el fútbol argentino, a pesar de todos los costados negativos que tiene. Pero ojo: acá somos más exitistas que exitosos", declaró también en diálogo con La Nación el año pasado.
Nicolás Burdisso, flamante Director Deportivo de Boca, hizo pesar su opinión y tomó su primera decisión importante desde que asumió al contactarlo y convencerlo de tomar las riendas del club de la Ribera. Para el exdefensor, será una decisión que, tal vez, marque su andar en el Xeneize. Para el entrenador, un desafío para el que está más que preparado.
Los números de Gustavo Alfaro como entrenador
- 12 clubes
- 871 partidos dirigidos
- Ganados 361
- Empatados 244
- Perdidos 266
- Efectividad 50%
- Cinco títulos