Con la calculadora en mano y una pila de facturas a pagar, los dueños de los comercios de barrio se preguntan cómo hacer para seguir adelante. Es que los progresivos aumentos del gas y sobre todo de la luz los tienen a mal traer y haciendo malabares para sobrevivir.
En algunos casos han optado por contratar menos empleados, en otros por no utilizar aires acondicionados o apagar las heladeras con productos no perecederos y hasta trasladar estos aumentos a los precios, tanto como se pueda. Incluso muchos de los que alquilan pagan casi lo mismo por el inmueble que por la electricidad.
Un recorrido por algunos negocios del Gran Mendoza permitió tener un panorama del difícil presente de estos emprendedores.
Desde la panadería Don Pan del barrio Unimev, Carlos de Ipola contó que se sorprendió cuando recibió la última factura de electricidad: $22.480 por dos meses de servicio, cuando hace un año pagó alrededor de $11.000.
De gas abonó cerca de $5.000 en febrero y había pagado casi $3.800 en diciembre. En su local elaboran pan que luego venden al público y cuentan con un horno mixto.
“Es un negocio familiar en el que trabajamos todos”, remarcó. Para él, es poco lo que se puede hacer porque la gente cada vez gana menos y tiene esquematizado el gasto. “Los clientes ya no vienen a comprar un kilo de pan, sino que vienen con determinada cantidad de dinero y llevan lo que les alcanza”, señaló. Él sigue sobreviviendo a base de esfuerzo, pero reconoce que cada vez hay más gastos y menos ganancias.
En el mismo barrio, Roque Arce -del trozadero La Pampeana- vive una situación similar. "En enero y febrero gasté $ 24.000 de luz, unos $10.000 más de lo que pagué el año pasado", aseguró. Él tiene heladeras exhibidoras para la carne y freezers que no puede desenchufar en ningún momento.
“Tenemos buena venta, por suerte, pero estamos muy preocupados porque no sabemos cuánto nos va a venir en los meses siguientes”, dijo con cierto temor.
Roque recuerda que en las elecciones optó por el "cambio" pero reconoce que las medidas tomadas por el gobierno están poniendo en una situación muy complicada a los pequeños comerciantes. En su caso abonan unos $ 6.000 de alquiler mensual, la mitad de lo que paga cada mes por la luz.
Sus vecinos de Carnes Adrián están igual de preocupados. "Nos llegó una factura de $ 19.000 (bimestral), el doble de lo que pagamos por el alquiler. No nos quedó otra opción que hacer un plan de pago", aseguró Romina desde ese comercio. Relató que no pueden subir los precios tanto como para paliar la suba de la electricidad, "porque si no la gente no te compra; están todos iguales".
“Es una barbaridad”
Alejandra, de una rotisería en calle Las Cañas, contó que el bimestre pasado pagaron $4.000 de luz y $1.700 de gas. "Somos un negocio chico, pero fácilmente pagamos $ 1.500 más que el mes anterior", precisó. En su caso el alquiler, aproximadamente $ 7.500, sigue siendo más alto. "Nos vamos manteniendo como podemos", reconoció. Allí venden el kilo de comida a $ 145 y no lo pueden subir demasiado para no perder clientes.
En una pizzería que abrió recientemente en la zona tuvieron que pagar $ 4.000 de gas. "No podemos compararlo con el mes anterior, pero definitivamente es mucho mayor que lo que habíamos calculado. Pensábamos incorporar un empleado más, pero vamos a tener que arreglarnos entre nosotros", precisó Nicolás, uno de los dueños.
En el Centro están atravesando un proceso similar. Ricardo, de un minimarket ubicado en calle San Juan, contó que pagó $ 9.000 de luz, cuando en el mismo periodo del año pasado fueron $ 2.300. "He consumido los mismos kilovatios", subrayó quien cuenta con cinco heladeras con gaseosas y distintos productos.
“Es deprimente lo que está pasando porque además tengo la misma cantidad de clientes, pero que consumen cada vez menos”, aseguró. Confió que no paga alquiler, porque le prestan el local, y que ha tenido que sobrevivir con menos ganancias. “No puedo tener ningún empleado, lamentablemente no creo puestos de trabajo”, destacó.
Yanina, de un minimarket de calle Rondeau, contó que durante los primeros meses del año abonó $ 4.000 de electricidad y el mismo periodo del año anterior habían sido entre $ 1.500 y $ 1.800. "Hay mucha diferencia, tratamos de usar cada vez menos el aire acondicionado y durante los fines de semana apago las heladeras con gaseosas", remarcó. "Es una barbaridad, no sé qué vamos a hacer si seguimos así", se lamentó.
La misma situación vive Horacio, que tiene una carnicería en el carril Sarmiento de Godoy Cruz. "Ahora pago más de luz que de alquiler", se quejó mostrando la factura: $10.000 por el último mes. Arrendar el local le sale $ 9.000. "¿Cómo hago para seguir trabajando con estos costos?", se preguntó sabedor de que nadie conoce la respuesta.