Playas, palmeras, bikinis y clima subtropical. No es Copacabana; es el balneario de Sochi, el refugio mundialista de Brasil y Neymar a orillas del mar Negro, en el sur de Rusia.
La "Canarinha" ha elegido el Swissotel Resort Sochi Kamelia, el mejor hotel de la zona, como lugar de descanso durante la primera fase de la Copa en la que jugará en Moscú, San Petersburgo y Rostov.
Construido en 1939, antaño era conocido como el Inturista Sochi, hotel en el que se hospedaba la élite de la antigua Unión Soviética, Yuri Gagarin.
El edificio, remodelado en 2014 y al que se ha añadido un ala nueva, todavía conserva intacto el aroma soviético, tanto en fachada como en sus fuentes, jardines y escalinatas.
A primera vista no parece la elección ideal para los futbolistas de la verde-amarela, también tranquilo, incluso bucólico, no en vano antaño fue un sanatorio.
Pero el seleccionador brasileño, Adenor Leonardo Bacchi "Tite" dio el visto bueno a Sochi cuando viajó a la ciudad en el verano pasado para asistir a la Copa Confederaciones.
Los jugadores y técnicos de la selección brasileña tienen a su disposición habitaciones de auténtico lujo, con sala de estar, dormitorio, baño y pantalla gigante, aunque siempre con la tradicional sobriedad suiza, sin excesos.
Se dio por hecho que las estrellas del equipo, la figura del PSG, Neymar; el blaugrana Coutinho o el madridista Marcelo, recibirán los cuartos que disponen de camas matrimoniales, por lo que recibirán las visitas de sus esposas o novias.
Y lo que no es menos importante, como pudo comprobar EFE, las habitaciones disponen de amplios balcones y terrazas con una espectacular vista del mar Negro.
El hotel, que está a una hora del aeropuerto de Adler, está rodeado por una ventana metálica y las medidas de seguridad son de alto nivel.
El hotel cuenta en sus 7 hectáreas con playa y puerto privado, por lo que los futbolistas no pueden acceder, sino que se puede visitar por el litoral de la zona, que incluye a la península de Crimea.
La playa está resguardada de las miradas de los curiosos, sean aficionados o fotógrafos, con lo que la intimidad del combinado brasileño está garantizada.
Además, también dispone de una piscina climatizada. En verano, las temperaturas en Sochi rondarán los 20 grados.
Llama la atención la fuente con cascada que es iluminada por las noches y que está flanqueada por esculturas de realismo socialista típicas del desaparecido régimen soviético.
Los precios de las habitaciones para un cliente normal en temporada alta rondan los 300 euros por noche, como mínimo. Actualmente, se hospedaron en el hotel altos funcionarios, que tenían prohibido viajar por el extranjero; las empresas de grandes corporaciones y familias con altos ingresos.
El hotel, que se encuentra a menos de una hora del aeropuerto de Adler, está rodeado por una ventana metálica y las medidas de seguridad son del más alto nivel.
A menos de cinco minutos y hasta el campo de entrenamiento, las autoridades deportivas locales ya tienen el teléfono listo para atender todas las necesidades del combinado de Sudamérica antes de su llegada.
El coqueto estadio cuenta con césped natural en buenas condiciones y unas gradas con capacidad para varios centenares de espectadores.
En caso de querer adentrarse en la ciudad, Sochi cuenta con muchos restaurantes y clubes nocturnos, además de la villa olímpica, las instalaciones del circuito de Fórmula Uno y un impresionante parque natural.
A una hora en tren, los jugadores brasileños se apersonan en las montañas del Cáucaso, donde se puede ver la nieve todo el año, además de probar la suerte en el casino de la ciudad de Gorki.
Los brasileños tienen que desplazarse varios kilómetros para disputar sus partidos. La única ciudad de las tres que se tocó en suerte que se encuentra en el sur del país es Rostov del Don, la capital, donde debutarán ante Suiza el 17 de junio.
Su próximo destino será la antigua capital zarista, San Petersburgo, donde jugarán contra Costa Rica el 22 y cerrarán la primera fase ante Serbia cinco días más tarde en el estadio del Spartak Moscú.