El dólar volvió a depreciarse y perforó ayer la barrera de los $43 en el mercado minorista por primera vez desde el 15 de abril, cuando la demanda comenzó a recalentarse nuevamente, en pocos días catapultó a la divisa hasta su máximo de $46,9 y obligó al Banco Central a dejar sin efecto la zona de no intervención.
En las pantallas de casas de cambio y bancos, el dólar afrontó ayer una caída de 36 centavos respecto a la sesión previa y finalizó a $40,65 para la compra y a $42,88 para la venta. En el sector mayorista, donde operan grandes empresas y entidades financieras, el billete verde retrocedió 22 centavos y culminó a $41,81. El volumen negociado ascendió a U$S293 millones.
La divisa norteamericana acumuló así su sexta sesión consecutiva a la baja, favorecida por la coincidencia de múltiples factores, entre los que se destacan elementos determinantes: la aún agresiva política del Central, la calma en el frente internacional y los resultados de las encuestas que indican una mejora en la performance electoral de Mauricio Macri.
"El dólar está tranquilo y con tendencia a la baja desde hace ya 40 días aproximadamente", calculó ante la consulta de este medio el analista financiero Christian Buteler, quien explicó que las condiciones comenzaron a cambiar drásticamente a fines de abril pasado, cuando la autoridad monetaria que conduce Guido Sandleris anunció que actuaría sin los condicionamientos de la banda de flotación cambiaria.
Los números dan muestra de ello: desde el 29 de abril pasado, el dólar minorista perdió más de $2,71 y sorteó la presión que lo llevó a posicionarse por encima de los 46 pesos en el ínterin.
El cambio de expectativas que provocó aquel viraje del Central se complementó con los resultados de la política monetaria, que seca la plaza de pesos.
"Las tasas, si bien han bajado un poco, siguen siendo tasas importantes. Una tasa del 60% es una tasa que seca la plaza, lo mismo que 8 meses de una política monetaria contractiva, que también te saca pesos del mercado, que es lo que necesita el dólar como combustible", indicó Buteler.
Ayer, el rendimiento anual de las Letras de Liquidez (Leliq) en pesos que subasta diariamente el Central y que constituye la tasa de referencia, terminó en el 60,339%.
El combo que establece la tranquilidad contempla también el cambio de humor de los inversores extranjeros y eso se traduce en una recuperación de la mayoría de los activos argentinos, como bonos y acciones.
Un ejemplo es lo que sucedió con el Riesgo País de la Argentina, que emprendió un sólido rumbo bajista apenas después de la oficialización de las candidaturas presidenciales. Y no sólo se aleja de máximo de 1.008 puntos básicos (pb) que registró a principios del mes pasado, sino que ayer perforó la barrera de los 800 (quedó en 795 pb), también por primera vez desde abril.
Las condiciones se tornaron más favorables en el frente externo fundamentalmente porque la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) dejó de subir sus tasas y hasta se estima que aplicará algunos recortes en lo que resta del año. "Hay un mejor ambiente para la Argentina", resumió Buteler.
Desde el terreno político y que aportan a la calma en el mercado cambiario, el economista señaló que “en algún momento se planteó que existía la posibilidad de que Macri podría perder en la primera vuelta, pero ahora ese escenario ya sería más lejano”.