Cerca de 1.200 millones de dólares hacen falta para mejorar la distribución del agua urbana, poner en valor el sistema de saneamiento, evitar su contaminación y eficientizar su uso. El monto incluye obras que deben realizar tanto desde la empresa estatal Aysam, así como desde el Departamento General de Irrigación. Cerrado ya el debate por la minería, la agenda del agua, su buen uso y contaminación es la que queda instalada. La sequía seguirá afectando a nuestra provincia y hay mucho por mejorar porque en zonas agrícolas y urbanas se pierde el 50% del agua.
En el gran Mendoza hace falta cambiar mil kilómetros de colectoras cloacales que se desplazan por las zonas urbanas de los departamentos del Gran Mendoza.
Otro punto importante es avanzar en la pérdida de agua en la red de agua potable, que también incluye detectar los consumos clandestinos y reemplazar las tuberías obsoletas que alcanzan a 200 kilómetros en el Gran Mendoza.
Entienden también que es necesario crear 45 distritos, independizarlos, hacer terrazas de presión e instalar la micromedición. Esto permitirá medir, a través de un sistema digital, el agua que reciben y la que usan. Es necesario que se coloquen 160 mil micromedidores en el Gran Mendoza, y para eso hay que invertir unos 250 millones de dólares.
No hay que dejar de lado las 23 plantas depuradoras porque hay que invertir en todas. En la de Paramillos, así como en la de Rivadavia y San Carlos ya se hacen obras. En total hacen falta 150 millones de dólares en plantas para mejorar el sistema de depuración y que el agua cumpla con los parámetros adecuados para re uso agrícola. También hay que modernizar las plantas de agua potable y expandir las redes para llevar agua al pedemonte mendocino.
Hay que tener claro que la contaminación del acuífero del área metropolitana se produce por falta de cloacas en viviendas del pedemonte, esto implica frenar la expansión y mejorar las que están.
Además, casi el 90% de las empresas registradas en Irrigación son de base agrícola y el 70% no tiene permiso de vertido ni procedimiento legar para avanzar en su instrumentación. Esto implica que los vertidos que realizan no tienen los valores que impiden contaminación.
Desde Aysam afirman que necesitan casi 1.000 millones de dólares para poner en valor el sistema de agua y saneamiento. Los mil millones de inversión fueron corroborados en el plan Nacional de Agua y Saneamiento, el que estableció que es necesario invertir U$S 21.600 millones en todo el país.
Como publicó Los Andes en su edición del 26 de diciembre, la ley 8.270 que -se sancionó durante la gestión Jaque- autorizó endeudamiento por 160 millones de dólares y -millones más, millones menos- se utilizaron 30 millones de dólares que no fueron a Irrigación porque el entonces gobernador Pérez los usó para gastos corrientes. En octubre pasado, la gestión Cornejo pidió U$S 30 millones para obras. Con las variaciones del tipo de cambio que padecemos en Argentina, estarían disponibles todavía cerca de U$S 100 millones para hacer obras. Faltarían conseguir U$S 900 millones para las obras de mejoramiento que considera Aysam necesarias de hacer.
Por otro lado, desde Irrigación entienden que hacen falta U$S 240 millones de dólares para obras que beneficiará a 90 mil hectáreas de las 300 mil que se riegan hoy. Pero también hay que tener en cuenta problemas de contaminación, esta se manifiesta en los acuíferos del norte de la provincia porque aumenta la concentración del arsénico por la escasez. En otras zonas hay mayor riego a manto, entonces aparece la contaminación por el uso de agroquímicos y por la mayor salinidad.
También hay que tener claro que el 81% del agua en nuestra provincia es utilizada por el sector agrícola y el 11% por el consumo humano.
Pero también desde Irrigación plantean que pueden avanzar en el manejo del agua de diques y canales. Hay que saber también que el 90% de la red primaria de canales está impermeabilizada y la impermeabilización de la red secundaria solo llega al 13%.
Otro problema es el riego a manto que realiza el sector agrícola, que demanda mucha agua y se riega sólo una parte de la finca. Desde Irrigación quieren poder avanzar en la detección del uso del agua así se define con precisión las obras necesarias. Y al hablar de riego a manto hay que mencionar el riego por goteo, instalarlo cuesta 3 mil dólares por hectárea. El gobierno a través del ministerio de Economía avanzará en préstamos para que pequeños productores puedan tenerlo.
Otros especialistas entienden que hay que avanzar en la eficiencia del riego intra finca, nivelando las superficies a las que llega el agua. También hacer pequeñas unidades de manejo, no individuales, de pequeños productores; agruparlos e integrarlos en módulos de 200 hectáreas y hacer reservorios. Las fincas en promedio tienen 15 hectáreas y hoy se dan 10 minutos de riego por hectárea y no se sabe cuánta agua se utilizó ni para regar qué superficie. Por lo que hay que nivelar bien, desmalezar y medir el agua.
También avanzar en el manejo conjunto del agua superficial y subtearránea, esto es manejar reservorios, reforzar dotaciones superficiales, que las manejen los usuarios para eficientizar el uso.
Ahora hay que priorizar y avanzar en las soluciones, porque los problemas de sequía, falta de agua y contaminación seguirán estando más allá que las protestas para impedir la actividad de la minería metalífera se vayan apagando.