Donald Trump ha integrado un ambicioso plan para una dramática reinicialización conservadora del país durante sus primeros 100 días en el cargo, pero, como otros presidentes antes que él, es probable que descubra que es más fácil hacer promesas en la campaña que cumplirlas en la Oficina Oval.
Al preguntársele qué es lo que está en el primer lugar de su lista para después de la toma de posesión el 20 de enero, Trump estaba característicamente optimista, pero tampoco dio muchos detalles. “Muchas prioridades realmente grandiosas. La gente va a estar muy, pero muy feliz”, dijo. “Vamos a movernos con firmeza sobre la inmigración. Nos vamos a mover firmemente sobre la atención de la salud. Y estamos analizando los empleos. Empleos de las grandes ligas”. Sin embargo, una de las claves del plan de empleo del presidente electo es su promesa de poner a trabajar a millones de estadounidenses en un esfuerzo de 10 años, de un billón de dólares para reconstruir las carreteras, los puentes y los aeropuertos del país. No es factible que ese gran boleto para el plan de gastos siente bien entre los republicanos, ansiosos por recortar el tamaño del gobierno.
El compromiso de Trump para revocar la Ley de atención asequible es un ejemplo de una promesa que fue más fácil hacer de lo que será sostenerla, comentó Henry Brady, el decano de la Escuela Goldman de Políticas Públicas en Berkeley, de la Universidad de California. Si bien los republicanos en el Congreso han votado más de 50 veces para derogar el Obamacare, los problemas podrían surgir al tratarse de, realmente, tirarlo.
Hasta Trump ha dicho que le gustaría conservar partes de la ley de la atención de la salud, como la sección por la que se permite que personas de hasta 26 años de edad estén dentro del plan de salud de sus padres, así como aquélla por la que se prohíbe a las aseguradoras rechazar a las personas debido a condiciones preexistentes.
Trump también prometió el mes pasado que nombraría a un fiscal especial para que analizara el supuesto mal manejo de los correos electrónicos secretos de Hillary Clinton cuando fue secretaria de Estado, pero no sonó a que se estuviera refiriendo a una presunta criminal cuando dijo, en su discurso de la victoria, que Clinton “ha trabajado mucho tiempo y muy duro durante un largo período de tiempo, y tenemos con ella una enorme deuda de gratitud por su servicio”.
“Los primeros 100 días serán miserables (para los demócratas) porque se tratarán de deshacerse de cualquier cosa que haya hecho Obama”, advierte Bruce Cain, un profesor de ciencia política en la Universidad de Stanford. “Los republicanos estarán bailando en las calles”.
En octubre, Trump dio a conocer lo que llamó su “Contrato con el electorado estadounidense”, que dijo que “restablecerá la prosperidad de nuestra economía, la seguridad en nuestras comunidades y la honestidad en nuestro gobierno”.
En el plan de los primeros 100 días de Trump, no se hizo mucho para diferenciar entre lo que puede hacer unilateralmente como presidente y donde necesitará la ayuda del Congreso, pero, por regla general, si no cuesta nada, Trump puede hacerlo él solo.
Inmigración: desde el día que comenzó su campaña en junio del 2015, Trump ha llamado a la construcción de un enorme muro en la frontera sur y se comprometió a que "México lo pagará".
En sus primeros 100 días en el cargo, Trump ha prometido presentar su Ley de terminación de la inmigración ilegal, por la cual se financiarían totalmente el muro de más de 12.000 millones de dólares, “con el entendimiento de que el país de México le reembolsará completamente a Estados Unidos el costo total”.
Hay que esperar una batalla en el Congreso por cuestiones de costos y el momento para la construcción, pero, dado que es el tema distintivo de Trump, es probable que se salga con la suya.
Algunos de los planes sobre inmigración de Trump requieren poco más que su firma. Dado que la Acción diferida para quienes llegaron en la infancia que decretó Obama, que proporciona protección contra la deportación a cientos de miles de jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, es un decreto presidencial, puede desaparecer al instante. Trump también podría eliminar rápidamente todos los pagos federales a las ciudades “santuario”, lo cual le costaría a San Francisco mil millones de dólares o más.
Por cuenta propia, es probable que Trump pudiera cambiar las reglas sobre las cuales se les permite a los inmigrantes entrar en el país y empezar los procedimientos de deportación para los que, él dice, son dos millones o más de residentes indocumentado que han cometido delitos.
De seguro surgirán batallas judiciales, pero quienes se oponen a sus planes no podrán marcar ninguna diferencia, dijo Erman de la escuela de derecho de la USC.
Ambiente: Trump, quien ha dicho que el calentamiento mundial es una estafa creada por los chinos, podría cambiar la dirección de la política ambiental estadounidenses con rapidez, en especial con un Congreso republicano que ha criticado con regularidad los esfuerzos "verdes" de Obama.
Trump ha prometido levantar las restricciones al gasoducto Keystone XL que Obama impuso, abrir terrenos federales a la perforación petrolera y la minería del carbón, y eliminar las regulaciones ambientales que cree que dañan a los negocios.
Si bien Trump no puede solo deshacerse del reciente Acuerdo de París sobre la reducción de los gases invernadero, no hay nada que decir en cuanto a que el nuevo presidente lo ignore.
Comercio: el presidente tiene bastante control directo sobre la política del comercio, y Trump ha dicho que usará ese poder. Puede terminar con la participación del país en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica con solo anunciar el retiro del país, y salirse del TLCAN con México y Canadá seis meses después de haberlo notificado.
Para este aspecto del plan de los 100 días de Trump, se requiere que el nuevo secretario de comercio identifique los abusos comerciales extranjeros y “use cada herramienta”, las que pueden incluir aranceles, para acabarlos de inmediato. Podría declarar inmediatamente a China una manipuladora de las divisas y ha hablado de imponerles un arancel de 45 % a los bienes chinos.
