Las políticas como el cangrejo

Para solucionar problemas coyunturales, los gobernantes han tomado decisiones que afectan aspectos estructurales que serán difíciles de modificar en el futuro.

Las políticas como el cangrejo

Por Rodolfo Cavagnaro -    Especial para Los Andes

Los políticos en el gobierno, abusan tomando decisiones distorsivas pensando solo en soluciones de corto plazo, sin medir las consecuencias a mediano y largo plazo. No parece posible que dirigentes que salen a prometer a los gritos cualquier cosa, sean capaces de tomar decisiones de tal magnitud que muestran su falta de coraje para enfrentar situaciones complejas.

Tanto en el gobierno nacional como en el gobierno provincial se han venido acumulando decisiones que muestran esta pobreza de carácter para afrontar las consecuencias de sus propias decisiones erradas.

Distorsiones nacionales

El gobierno de Cristina, y antes Néstor Kirchner, tomaron decisiones que pretendían generar un beneficio a los argentinos y solo produjeron mayores perjuicios. Repasemos:

Se prohibió la exportación de carnes y leches, a pesar que tenían un buen precio internacional, para que no subiera el precio en el mercado interno. Esto provocó un desánimo en los productores que comenzaron a liquidar vientres en los rodeos, se cerraron tambos y se vendieron vacas lecheras. En los primeros meses bajó el precio de la carne, pero luego comenzó a escasear y la carne aumentó mucho más que si se hubiera permitido la exportación.

Se congelaron los precios del petróleo y el gas para que no subiera en el mercado interno y solo consiguieron que las empresas no invirtieran más en producción, la que cayó. Pero al subsidiar el precio de los combustibles, alentaron el consumo irracional tanto de naftas, como de gas y energía. Como no había producción suficiente hubo que importar y si se retomara el ritmo de inversión harían falta unos 10 años para frenar el drenaje de divisas importando.

Todos los subsidios para mantener las tarifas bajas se financiaron con emisión monetaria y un atraso del tipo de cambio. Así se desató la inflación castigando el poder adquisitivo de población y el atraso del tipo de cambio alentó negocios y consumos de la clase alta, mientras perjudicaba las exportaciones, afectando a casi todas las economías regionales.

La última de las distorsiones fue que, ante la caída del negocio petrolero por la caída del precio del crudo, el gobierno decidió permitir que todos los empleados de empresas petroleras y proveedores del sector puedan jubilarse con 50 años, equiparándolos a la situación de quienes trabajan en los yacimientos.

Con esta última decisión solucionan un problema coyuntural tomando decisiones que afectan lo estructural, porque cuando el negocio se recupere no podrán sacarle los derechos adquiridos a quienes ahora se les dieron, violando el principio de igualdad ante la ley.

Distorsiones mendocinas

En el caso de Mendoza es un clásico las permanentes intervenciones que los distintos gobiernos hicieron para regular el precio del vino, y lo que consiguieron es que los productores no decidieran cambiar su forma de trabajo, sabiendo que de una forma u otra el estado los ayudaría.

Ahora se anuncia la idea de conformar un fondo compensador permanente para acudir a solucionar problemas de precios, el cual terminarían fondeando con recursos nacionales. Ante esto apareció la reacción de otros sectores, que también sufren las consecuencias de las malas políticas nacionales pidiendo un trato similar. No es imaginable que haya tantos fondos compensadores como actividades. Lo lógico es cambiar las políticas para evitar acumulación de distorsiones.

El punto más destacable de estas distorsiones de los últimos tiempos surgió en la paritaria docente. En esa ocasión, y a fin de satisfacer demandas de los sindicalistas, el gobierno decidió conceder, como parte del sueldo, un beneficio de boleto gratuito de colectivo para docentes y no docentes. Pero vino la reacción de los docentes privados exigiendo igualdad ante la ley, y tuvieron que extenderles los beneficios a ellos también.

Como se ve, para sacarse un problema de encima, los políticos hacen la del cangrejo y retroceden a niveles increíbles. Creer que la gratuidad o el reparto de privilegios son beneficios es un real acto de ignorancia que dejará secuelas graves en la sociedad.

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