Dublín es Ciudad de la Literatura, tal y como lo sostiene la Unesco. Al viajero recién desembarcado no se le hace difícil entender las razones de tal reconocimiento. Sin dudas que el galardón es un reconocimiento a su inigualable pasado literario y a su vibrante escena contemporánea cargada de interesantes eventos.
Dicen los irlandeses que ellos siempre han venerado las palabras y por ende le rinden culto. Esa afición al lenguaje, que a veces es un medio de vida, se ha patentizado porque a lo largo de la historia han obtenido cuatro premios Nobel de la Literatura.
Como es frecuente en las ciudades turísticas, sus rasgos más emblemáticos toman forma de propuestas, también, turísticas. De esta manera, en Dublín, no pueden faltar los recorridos literarios.
La casa de los escritores
El Museo de Escritores, es una de las paradas ineludibles para los turistas que se inclinan por el arte escrito. In situ, las celebridades literarias de Dublín de los últimos 300 años cobran vida a través de sus libros, cartas, retratos y objetos personales. Jonathan Swift, Oscar Wilde, Sean O'Casey, George Bernard Shaw, WB Yeats, James Joyce y Samuel Beckett, entre otros, muestran allí sus otras fases.
Siempre hay algo más para saber sobre los famosos escritores locales y ese es el lugar indicado. Por ejemplo que Oscar Wilde era un boxeador al que se le auguraba un buen futuro mientras estudiaba en el Trinity College. O que Samuel Beckett, no había resultado ser uno de los escritores más influyentes del siglo XX.
Este museo funciona en una mansión georgiana restaurada en Parnell Square y es un tesoro en sí mismo. Exposiciones temporales, obras de teatro a la hora del almuerzo, y una librería especializada lo vuelven el sitio indicado para quienes desean conocer en profundidad el patrimonio literario urbano.
Es importante destacar que hay audio guías y que la entrada sale un poco más de seis euros.
El paisaje que inspira
Son los poetas y literatos los que inspiran los paseos y llevan para conocer sus paisajes. Así, entre los sitios que se pueden visitar de la mano de las letras están la tumba de WB Yeats, el padre de la poesía irlandesa, en la iglesia de su abuelo en Drumcliff en el Condado de Sligo. Por allí, la recomendación es observar la montaña Ben Bulben, que también recuerdan los versos del poeta. Por otra parte vale mencionar que existen guías para encarar paseos que llevan a sitios mencionados en los versos del gran escritor.
Otro de los paisajes que funcionó como musa es la Colina Cave, que contornea Belfast, en este caso para los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift. En tanto, lo mejor de Seamus Heany parece encontrarse en los idílicos paisajes de Bellaghy, en el Condado de Londonderry. O por qué no caminar por las montañas Mourne, del Condado de Down, en el que CS Lewis basó sus historias de Narnia.
Tips
La belleza del gaélico. Es la primera lengua en las islas Aran y Achill y ha ejercido su influencia sobre el inglés que allí se habla. Poemas, mitos y literatura se escuchan recitales que se hacen para el público en ese dialecto.
Sobre la tablas. En el legendario teatro Abbey y el Gate, de Dublín y por toda Irlanda, las obras clásicas, de los grandes del pasado, como Wilde, Shaw, Beckett, Synge y O'Casey, convocan al público.
Beber letras. A los turistas les llama la atención que en los pubs se hable apasionadamente de grandes literatos como Brendan Behan, Paddy Kavanagh o Flann O'Brien.
Eventos relacionados. En setiembre se hace el Festival Internacional de la Narración en la Isla Cape Clear, cerca de Cork. En noviembre es el Festival Bard de Armagh.
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