Las páginas de Los Andes contaron el entierro de Sarmiento

Desde que se conoció la muerte del prócer, se publicaron varios artículos para rendirle homenaje. A continuación algunos párrafos textuales.

Las páginas de Los Andes contaron el entierro de Sarmiento
Las páginas de Los Andes contaron el entierro de Sarmiento

Rosario. Miércoles 19 (de setiembre de 1884).  Poco después de las 10, arribó a este puerto el vapor Alvear, conduciendo los restos del General Sarmiento y comisiones paraguaya, correntina y entrerriana que lo acompañan.

Para anunciar al pueblo la proximidad de los restos fueron quemadas en la plaza algunas bombas, siendo ésta la señal convenida.

Momentos después afluían a la plaza 25 de Mayo numerosos grupos de personas pertenecientes a todas las clases sociales y gran parte de los colegios de ambos sexos, provinciales, municipales y particulares. Concurrieron también  los alumnos de las escuelas normales con el personal docente...

El cadáver de Sarmiento está depositado en un modesto ataúd negro con agarraderas doradas y cubierto con una bandera argentina.

Fue conducido a tierra y puesto en el carro fúnebre para ser llevado a la plaza 25 de Mayo... Una vez que hubo llegado a la plaza 25 de Mayo, el féretro fue colocado sobre un túmulo levantado expresamente frente al monumento de la Libertad...

Los restos de Sarmiento están colocados en un ataúd sencillo, que lleva en la parte interior un forro de plomo y en la tapa un vidrio, que permite ver el rostro del finado,

Éste está muy desfigurado y no conserva parecido alguno. La cara está muy delgada y de color bastante morado. Los labios muy delgados y amoratados. La cabeza está atada con un pañuelo...

Buenos Aires, setiembre 21 (de setiembre de 1888).  Hoy a las 11 am, desembarcaron los restos de Sarmiento en el muelle de pasajeros. No se hizo antes por el mal estado del tiempo que producía un fuerte oleaje.

El Presidente de la República, el vice, los ministros de Estado, el Estado Mayor del Ejército y altos funcionarios, diputados, senadores, Comisión Popular, etc, etc, estaban presentes en el momento del desembarque.

El féretro venía en una falúa de gala remolcada y escoltada por diez y siete botes enlutados, así como todos los que estaban surtos en el puesto...

Las fuerzas militares presentaron las armas al ataúd, que venía cubierto con las banderas argentina, paraguaya, chilena y oriental.

Fue pasado en seguida a una espléndida carroza tirada por doce hermosos caballos oscuros conducidos por palafrenos vestidos a lo Luis XIV...

Al llegar el convoy a la Plaza de Mayo, incorporáse una gran carroza tirada por ocho caballos, conduciendo una soberbia montaña de coronas y flores, las que colocadas con exquisito gusto, presentaban un magnífico golpe de vista...

Mucha parte de la concurrencia se había retirado por la finísima lluvia que caía desde la mañana.

Sin embargo, alrededor del muelle de pasajeros, estación central, en los balcones, azoteas, galerías y ventanas del paseo de Julio estaban llenos de una masa compacta.

A la 1 1/2, partió la columna de sociedades y centros que debían formar la procesión, tomando la calle Rivadavia hasta Florida, por donde siguió hasta la Plaza de San Martín. La aristocrática calle de la Florida, presentaba un bellísimo espectáculo...

Todo el trayecto recorrido por la procesión hallábase adornado con banderas argentinas colocadas a media asta y con crespones negros hechos por el vecindario.

Los faroles estaban encendidos e igualmente enlutados.

Cuando la procesión hubo andado cinco cuadras prodújose un fuerte aguacero, que obligó a desertar a muchos de la columna popular, pero la mayoría traía paraguas y continuó la marcha.

Era arrebatador y causaba sentimiento de admiración ver tantos rostros femeninos en las azoteas y balcones, desafiando la lluvia y colados de agua, por arrojar flores al paso de los restos del gran estadista argentino, tributándole así un póstumo homenaje de cariño y respeto.

Al llegar a la Plaza de San Martín, la lluvia fue más copiosa, lo que hizo desertar a algunos de los que iban en la columna popular.

Los demás continuaron mojados de un  modo lamentable.

Un grupo de distinguidos personajes que iban de frac fueron víctimas de la lluvia, pero no desertaron. Al llegar al cementerio, la lluvia cesó.

Colocóse el ataúd en el catafalco que se había preparado para tal efecto...

Calcúlase en 20 á 30.000 personas las que formaban la procesión.

El cadáver de Sarmiento no pudo ser colocado en el ataúd que se había preparado,  porque resultó corto. Quedó en el que trajo de Corrientes.

Hanse colocado en la tumba más de cincuenta hermosas coronas y 10 ó 15 placas metálicas.

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