Abastecimiento poblacional, uso agrícola e industrial, generación hidroeléctrica y recarga de acuíferos son las múltiples funciones que cumple el agua que corre por los ríos mendocinos y que permite el desarrollo de una provincia emplazada en tierras áridas. Para que todo ello ocurra es fundamental que durante el invierno se acumule nieve en la cordillera de los Andes, se derrita en verano y se logren caudales de agua considerables.
Sin embargo, por quinto año consecutivo, el pronóstico de escurrimiento para este verano anticipa que los caudales de los principales ríos de la región serán entre “secos” y “pobres”.
Mirando la situación más de cerca, un grupo de científicos locales concluyó que los últimos cinco años de mediciones níveas -de 2010 a 2014- tomados en conjunto representan una situación extrema de sequía que no se había registrado al menos durante las últimas seis décadas. Se trata de un análisis de Mariano Masiokas y Ricardo Villalba, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla, Conicet, CCT-Mendoza), junto a Rodrigo Villareal, miembro del Sistema de Información Hidronivometeorológico - Red Telemétrica del Departamento General de Irrigación.
Para realizar esta investigación los expertos analizaron los registros de nieve en cordillera que comenzaron a recolectarse en 1951. “Esto permite evaluar en una perspectiva de largo plazo la acumulación observada en años o períodos específicos y responder a preguntas como: ¿qué tan pobre en nieve es este año 2014 con respecto a otros años ‘secos’? o ¿es normal la ocurrencia de cinco inviernos secos consecutivos, como hemos observado durante el período 2010-2014?”, explican en el informe.
Extrema sequía
Con el fin de responder la última pregunta, Masiokas, Villalba y Villareal analizaron los datos provenientes de las ocho estaciones de nieve y las diez estaciones de caudales de ríos que contienen los registros más completos y extensos de la región (Mendoza, San Juan y Chile).
“Si nos concentramos en los registros de nieve de los últimos cinco inviernos (2010-2014) podemos ver una situación interesante. Si bien los valores de los últimos años han estado todos por debajo del promedio histórico, tomados individualmente no pueden considerarse los más secos del registro”, aclaran, y brindan como ejemplo el año 1968, que aparece como el invierno más seco desde que se realizan mediciones, en el que prácticamente no hubo precipitaciones níveas.
“Ahora bien, la situación cambia cuando agrupamos estos registros anuales de nieve en períodos de cinco años. Aquí puede verse cómo los últimos cinco años de mediciones, tomados en conjunto, sí representan una situación de extrema sequía que no se ha registrado al menos durante las últimas seis décadas”, destacan los investigadores.
Tal como detallan, “esta situación se debe a la rara ocurrencia de cinco inviernos consecutivos con acumulación de nieve por debajo de la media histórica, los cuales podrían sólo compararse (aunque las condiciones actuales son aún más severas) al período que incluye la mayor sequía en cordillera, en el año 1968”. Otro dato muy interesante que lograron recabar fue que, según sus cálculos, “durante los últimos cinco años se acumuló en promedio cerca de un 44% menos de nieve que lo que se espera en años normales”.
A propósito de 1968 como el año más seco conocido, los expertos remarcaron que “ese periodo de marcada escasez de nieve y agua de deshielo ocurrido a fines de los ‘60 y principios de la década de los ‘70 motivó la creación del Ianigla-Conicet, fundado en 1972 precisamente para tratar de conocer, entender y mejorar el manejo de los escasos recursos hídricos en la cordillera”.
Como conclusión, plantean la necesidad de conocer el estado de los recursos hídricos provinciales y su uso responsable y solidario. “En la actualidad, la presión por este preciado recurso hídrico es significativamente mayor que hace cuatro décadas, ya que existe un número mucho más elevado de habitantes y un conjunto mucho más diverso y complejo de usuarios que dependen directa o indirectamente del agua de deshielo.
Creemos que es importante conocer el estado actual de nuestros recursos hídricos y su relación con los registros históricos para aprender y promover el uso responsable, solidario y eficiente del agua que año tras año nos brinda generosamente la cordillera de los Andes”, recalcan los científicos.
Una sequía regional
En su informe, Masiokas, Villalba y Villareal señalan que la situación se repite en toda la región, lo que incluye a la provincia de San Juan y a las zonas vecinas de Chile. “En todos los casos los resultados de los pronósticos de escurrimiento 2014-2015 fueron similares, con pronósticos de años ‘secos’ o ‘pobres’ para los caudales de los principales ríos de la región. Esta situación se debe principalmente a la poca cantidad de nieve que se acumuló durante el invierno 2014 en la cordillera de los Andes”, precisan los expertos.
“Lamentablemente, un muy esperado y comentado evento como ‘El Niño’ en el océano Pacífico tropical (evento que normalmente resulta en grandes nevadas en nuestra porción de los Andes) no alcanzó a desarrollarse y la nieve registrada este invierno en las estaciones de alta montaña sólo alcanzó valores cercanos al 40% del promedio histórico”, indicaron como otra causa de la actual sequía.
Debate por el cambio climático en Mendoza
Desde mañana Mendoza será sede del III Diálogo de Finanzas y Cambio Climático de América Latina y el Caribe, un encuentro que reunirá a representantes de los gobiernos de los 33 países de Centro y Suramérica y que marcará la agenda ambiental en lo que será la preparatoria de la Conferencia de las Partes (cumbre mundial que este año estará dedicada al cambio climático), a celebrarse en Lima en diciembre.
Por primera vez Argentina ha sido designada secretaria pro-témpore del Diálogo Regional y, en ese marco, Mendoza fue elegida como sede para el debate. Esto también es un dato ya que, tradicionalmente, sólo las capitales de las naciones representadas tienen el status de sede de las deliberaciones.
El III Diálogo Regional para las Finanzas Eficaces del Clima en América Latina y el Caribe comienza mañana, a las 9, en el hotel Intercontinental de Guaymallén. Las deliberaciones se prolongarán hasta el martes por la tarde, cuando se conocerán las conclusiones. La cumbre no es abierta al público ya que se trata del entendimiento de los ministros de Ambiente y de Economía de medio continente, desde donde surgirá la postura que se llevará a la cumbre mundial.
Para el ministro de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales de la provincia, Guillermo Elizalde, la designación de Mendoza como punto neurálgico del debate no es casualidad ya que “nuestra provincia reúne un amplio historial en cuidado del ambiente, como es tener leyes que protegen el agua, el suelo y también las reservas naturales”.
Desde el viernes está en Mendoza el equipo de asesores de la Secretaría de Ambiente de la Nación, que ya se encuentra trabajando junto a los equipos técnicos de la Provincia en el Diálogo Regional. José Luis Maccarone, asesor de Asuntos Internacionales de esa secretaría, dijo que es doblemente importante para Mendoza ser sede del encuentro, “debido a lo que implica ser parte de la discusión mundial de cambio climático, y además por el nivel de los referentes en el tema que confluirán en una provincia que atraviesa su peor crisis hídrica en la historia y que, sin dudas, constituye un modelo a estudiar y tener en cuenta”.