Quién no ha soñado alguna vez con tener un completo armario o un organizado vestidor como los de las películas. Con toda la ropa perfectamente ordenada, los zapatos siempre a mano, las camisas y remeras impecables… Aunque no dispongas de un espacio específico para tener un vestidor independiente, también podés acomodarlo en tu dormitorio.
En aquellas habitaciones que cuentan con un solo espacio en el que el dormitorio y los armarios deben compartir superficie, organizá una cómoda zona de vestidor en uno de los laterales, a ser posible junto a la puerta de acceso siempre y cuando la distribución lo permita. Utilizá para ello armarios empotrados que lleguen hasta el techo, de modo que aprovechés al máximo el espacio disponible. Aunque la composición forme parte del mismo espacio del dormitorio, añadí un espejo de pie y un asiento para poder cambiarte de forma confortable. Procurá seguir la misma línea decorativa que tiene el resto del dormitorio para crear un espacio equilibrado.
Utilizá la cabecera como elemento separador, generando así un pasillo donde ubicar el vestidor. Empleá la trasera para colocar el módulo en el que colgar la ropa, con una barra en el interior. Para aprovechar al máximo la superficie disponible, es recomendable que elijas puertas corredizas ya que las batientes necesitan espacio alrededor para su apertura.
Conseguí que la zona de armarios reciba la luz natural procedente del dormitorio jugando con la altura del falso muro que separa ambos ambientes: si no llega hasta el techo, el vestidor podrá seguir beneficiándose de la luminosidad con que cuente el resto del espacio.
Si tenés un dormitorio especialmente amplio, dividí el espacio para crear dos ambientes diferenciados, utilizando el módulo del armario como tabique separador. Su distribución interior será un aspecto clave para disfrutar al máximo de toda su capacidad. Antes de plantearte cómo diseñarlo, estudiá bien tus costumbres y definí tus necesidades: cómo ordenás tus camisas, el largo de tus vestidos o abrigos, si preferís doblar o colgar… En cuanto lo tengas bien concretado aprovecharás mucho mejor las posibilidades que ofrecen los accesorios para equipar el interior de un armario.
Siempre y cuando seas especialmente ordenado, optá por un vestidor de estructura abierta. Al prescindir de las puertas conseguirás aportar mayor sensación de amplitud al espacio. Este tipo de módulos cuentan con infinidad de soluciones y complementos que te ayudarán a distribuir perfectamente el armario en función de tus necesidades. Eso sí, aunque la mayoría de ropa la tengas a la vista, no te olvidés de instalar cajones, ya que vienen muy bien para la ropa interior y todas aquellas piezas pequeñas que resultan más difíciles de mantener perfectamente ordenadas.
En espacios especialmente reducidos y si la altura del techo lo permite, podés plantear un dormitorio a doble altura con la cama situada en el altillo y la zona de vestidor debajo. Sacá el máximo partido al hueco inferior para distribuir los armarios en forma de L, actuando incluso como elemento de soporte de la cama. Tené en cuenta, en cualquier caso, el tipo de apertura de las puertas, de modo que puedas acceder cómodamente a cada módulo y rincón de los armarios, incluso de los esquineros, sin tener que realizar equilibrios raros.
Una buena forma de colocar e integrar un completo armario en el dormitorio sin perder sensación de amplitud pasa por elementos con los frentes transparentes. Conseguirás mantener y guardar la ropa en buenas condiciones y no reducirás la sensación de profundidad espacial. Por otro lado, tal y como pasa con las estructuras abiertas y sin puertas, esta opción es solo apta para personas especialmente ordenadas ya que deja todo a la vista. El dormitorio debe transmitir serenidad para poder descansar correctamente; la sensación producida por un armario caótico te lo impedirá.
En el caso de los dormitorios situados en un espacio de planta o altura irregular, como una buhardilla, deberás plantearte la posibilidad de optar por un armario realizado a medida, para de este modo aprovechar al máximo todos los huecos y rincones sin perder ni un centímetro de capacidad. Es una solución más cara que los diseños modulares pero merece la pena para sacar mayor partido al espacio. Conseguí que se integren totalmente en el discurso decorativo del ambiente pintando los frentes de los armarios del mismo color que las paredes.
Por último, si te gustaría tener un pequeño rincón en el que colgar la ropa de uso diario pero no podés contar con un completo armario o vestidor en el dormitorio, colocá, como en este caso, una rama de árbol colgada del techo con este fin. Una solución útil, económica y muy original.
Fuente: houzz.es