Las medallas que se entregarán durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 estarán compuestas de material reciclado, según informó el comité organizador, que llamó a la población japonesa a “donar artefactos electrónicos obsoletos”.
El objetivo de los organizadores es hacerse con hasta ocho toneladas de metal, dividido en 40 kilogramos de oro, 4.920 de plata y 2.944 de bronce.
De todo ello resultarán dos toneladas útiles de material, suficientes para producir las medallas que se entregarán en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Dos empresas contratadas por el comité organizador de Tokio 2020 colocarán desde abril contenedores de residuos a lo largo del país para que se pueda alcanzar el objetivo.
“Este es un mensaje importante para las futuras generaciones”, destacó el gimnasta japonés Kohei Uchimura, triple campeón olímpico, quien expresó: “es un gran derroche deshacerse de los artefactos cada vez que hay un avance tecnológico y aparecen nuevos modelos”.
Por otra parte, el jefe del comité organizador de los Juegos de Tokio 2020 exigió al club de golf que albergará la competición olímpica que admita mujeres.
El Kasumigaseki Golf Club, ubicado en la ciudad de Kawagoe, a 44 kilómetros al noroeste de Tokio, prohíbe a las mujeres ser miembros de pleno derecho de la institución y jugar los domingos. La exigencia llega después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) urgiera la pasada semana a los organizadores a afrontar el asunto y encontrar una solución.
Para el COI, la directrices del club de golf japonés, fundado en 1929 y que tiene 212 mujeres en su seno , son contrarias al espíritu olímpico.
La presión sobre el club se redobló recientemente, desde que la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, criticara su política de exclusión.
“En esta época, encuentro extremadamente molesto que las mujeres no puedan ser miembros plenos”, dijo Koike, que en agosto se convirtió en la primera gobernadora de Tokio en la historia. En tanto, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, manifestó que las críticas al club son comprensibles: “es natural que haya opiniones que cuestionen esa sede olímpica”, opinó.
