Así como los residuos en las acequias fueron uno de los principales causantes de los anegamientos que se produjeron con las precipitaciones de los últimos días, la suciedad en los techos, canaletas y desagües provocó filtraciones e inundaciones en numerosas viviendas.
Quienes se dedican a hacer mantenimiento de edificaciones han recibido bastantes más llamadas de lo habitual para el verano. Además, señalan que para evitar esto se deben realizar revisiones periódicas.
Luis Poletti, quien realiza diversas reparaciones e instalaciones en hogares, comenta que en la provincia pueden llegar a pasar 9 meses sin una gota de lluvia y, cuando llueve cada tanto, muchos toleran unas goteras.
Sin embargo, como este verano ha habido varios días de tormentas continuas, los efectos del agua no han pasado desapercibidos. Y es que las filtraciones no sólo afectan los techos, sino que humedecen paredes, pisos y pueden causar problemas en las instalaciones eléctricas.
Muchos de los inconvenientes, señala Poletti, fueron causados por algo que se puede solucionar de un modo relativamente sencillo: si se limpian los techos y las canaletas, se evita que se formen “piletas” de hasta 20 centímetros de profundidad en los tejados.
Esta acumulación de agua -sostiene- suele encontrar alguna rendija para filtrarse aunque la membrana esté en buenas condiciones. El hombre comentó que en un edificio céntrico retiró 20 bolsas de consorcio de material -sobre todo hojas- que había tapado estas tuberías.
Pero los mismos inconvenientes causa la falta de limpieza periódica de los desagües pluviales, ya que en estos se va juntando sedimento y pierden su capacidad de drenar el líquido lo suficientemente rápido.
Poletti contó que varios balcones y patios internos se han anegado y el agua ha ingresado a departamentos, en donde si moja pisos de parquet o alfombrados muchas veces es necesario cambiar el revestimiento, ya que la madera se daña y la tela se llena después de hongos.
En su opinión, las casas que tuvieron filtraciones o inundaciones por las tormentas fue en 50% de los casos por falta de limpieza, 25% por no realizar un mantenimiento periódico y el 25% restante porque las obras no estaban bien hechas.
Pero también advirtió que es probable que algunas zonas -más allá de aquellas en las que habitualmente la napa freática está alta- las edificaciones que no cuenten con un buen trabajo de impermeabilización de los cimientos empiecen a tener problemas de humedad que asciende por los muros.
El albañil Oscar Soto comentó que hace más de 10 años que no había tantos problemas de techos que se llueven y de paredes que se vienen abajo como en este verano. El hombre explicó que cuando hay roturas de membranas, el peso del agua hace peligrar las losas, las cañas o las maderas de los tejados. En cuanto a las construcciones de adobe o mixtas, indicó que la lluvia reiterada puede debilitar la base de los muros y provocar derrumbes.
Julio Fiore, quien se dedica a hacer trabajos de pintura y electricidad, coincidió en que uno de los principales problemas con las lluvias es la suciedad que se acumula en los desagües pluviales, pero también planteó que todos los años deberían revisarse los techos para ver si la membrana asfáltica, las chapas de zinc o las tejas -según sea el caso- están en buenas condiciones.
De lo contrario, las filtraciones pueden favorecer derrumbes, cortocircuitos y caída de revoques internos.
Alfredo Garro, de la Empresa 41 de Techos, manifestó que han concurrido a reparar tanto viviendas antiguas, a las que no se les ha realizado un mantenimiento adecuado ni limpieza, como también nuevas, porque mucha gente contrata a una misma persona para levantar las paredes, hacer conexiones eléctricas y sanitarias, y colocar los techos.
El hombre planteó que esta falta de experiencia y conocimiento ha provocado serios problemas de filtraciones en casas muy nuevas.
Si bien la temporada de verano es de mucho trabajo para ellos, indicó que la actual, como ha llovido varios días seguidos, les ha incrementado la tarea. Garro recomienda que cada 3 o 4 años se realice una revisión del estado de los tejados, del mismo modo que cada ciertos kilómetros recorridos se verifica el vehículo.
Pero además, que con frecuencia se limpien el techo y las canaletas. También advirtió que aunque las membranas asfálticas vienen con garantía de 10 años, no se puede dejar pasar tanto tiempo sin controlarlas.
Se llovió el Memorial
A raíz de las persistentes lluvias, el Memorial de la Bandera del Ejército de Los Andes -ubicado en Casa de Gobierno- sufrió un deterioro edilicio que obligó a cerrarlo hasta el 15 de febrero. En ese tiempo se le realizarán reparaciones.
“Los trabajos se realizan con el objetivo de resguardar los invaluables símbolos que se encuentran en el lugar, como son la Bandera del Ejército de Los Andes y las Banderas Españolas”, explicaron desde el Gobierno.
Sin embargo, no es el único edificio público que está afectado por la humedad: la centenaria Biblioteca San Martín tiene varias salas cerradas por los efectos de las lluvias, lo que repercute en los valiosos ejemplares que resguardan.