Las hijas y la suegra de Barack Obama cenaron anoche en el exclusivo restaurante de Palermo Hollywood Olaya mientras Mauricio Macri homenajeaba al presidente de Estados Unidos y a su esposa en el Centro Cultural Néstor Kirchner.
Malia, de 17 años, y Sasha, de 14, estaban encaprichadas en conocer la noche porteña pese a que Obama no las autorizaba. Por la tarde, durante su charla en La Usina del Arte, Obama fue claro: "A mis hijas no les voy a dejar disfrutar la noche en Palermo, porque son chicas. Van a tener que volver cuando sean más grandes".
Sin embargo, las adolescentes se las ingeniaron para abandonar la protocolar cena en el CCK y vivir aventuras en Palermo. Por supuesto, hubo un impresionante despliegue de seguridad que incluía dos enormes camionetas negras con agentes de seguridad del servicio secreto, tres motos, dos patrulleros y otros tres vehículos de civil de la Policía Federal.
Marian Robinson, la madre de Michelle Obama, y las jóvenes encabezaron una comitiva de 17 personas que eligieron el coqueto restaurante ubicado en Humboldt entre Gorriti y Cabrera para probar comida fusión. Macri es un asiduo cliente de ese lugar.
Llegaron al lugar alrededor de las 20 y fueron atendidas por la colombiana Carolina Acosta, que declaró: "Hoy, cuando me levanté en mi casa, vi por televisión todo el lío que se armó en la ciudad con la llegada de los Obama. Jamás, pero jamás, imaginé que iba a terminar el día sirviendo y hablando a las hijas del presidente de los Estados Unidos. Sin duda, fue el día más especial desde que estoy en Buenos Aires", le reveló la joven de 28 años en exclusiva a Infobae.
Malia, Sasha y Marian se sentaron en una mesa junto al novio de Malia y amigas de la familia que viajaron a la Argentina. En mesas aledañas se ubicaron los representantes de la embajada de Estados Unidos y miembros de seguridad.
Entre las cosas que probaron había gran variedad de carnes y pescados, según informó el portal citado. Comieron langostinos, ceviche, pulpo al olivo, trucha ahumada y mariscos. "Lo que más querían era probar todas las variedades de comida fusión que teníamos. Lo que más les gustó fue el ceviche", contó la moza.
En la mesa donde estaban las hijas de Obama había ocho personas que gastaron en total $7.000. La cuenta fue abonada con tarjeta de crédito por el Servicio Secreto estadounidense y según contó Acosta fueron “muy generosos con la propina”.
Antes de las doce, la comitiva abandonó el lugar.