Faltan 35 segundos cuando la pelota de la arquera de Villa Hipódromo recorrió toda la cancha, pegó en el.palo y en la espalda de la arquera y se metió en el arco para determinar un 4 a 4 que eclipsó la alegría reinante en el Cedrys 9, la casa de Las Heras C o Ujemvi B, cómo guste llamarlo, que hizo su debut en los torneos de Fefusa.
Un día después y con las aguas más calmas y el análisis más elaborado, había una mezcla de sensaciones por Las Heras. Es que este equipo pasó una serie de contratiempos para estar en el certamen y cuando va superando las adversidades los logros tienen otro sabor.
“Arrancamos hace un año y medio con cuatro chicas que querían entrenar fútbol y el grupo fue creciendo y no para de hacerlo” cuenta Leandro Quiroga, entrenador del conjunto mientras charla con unas chicas que están interesadas en formar parte del plantel. "Son de Godoy Cruz y vinieron a probar", cuenta.
Leandro es penitenciario y trabaja en Cacheuta, un entusiasta que jugó fútbol y futsal hasta que una lesión le cortó su incipiente carrera. Claro que también es un motivador que ha llevado a que este grupo de chicas se convencieran que podían estar en competencia y trabajaran para eso. Más allá de lo que pueda creerse, su trabajo es ad honorem en el espacio municipal, dónde la cancha se la prestan muy poco tiempo porque hay que compartirla con otras actividades.
Pero también fue el financista del equipo. “Yo saqué un préstamo para poder pagar la inscripción al torneo, porque las acciones que habíamos realizado con las chicas no habían alcanzado, y había que empezar”, dice con convicción y lanza “ya veremos”, ante la consulta de como va a afrontar el pago del préstamo.
Felipe Quiroga forma parte de esta dupla. El domingo se lo veía ir y venir por el costado de la cancha dando indicaciones y disfrutando, o sufriendo, cada situación del juego. El también tiene historias para contar y recuerda que "antes nos llamábamos las Vikingas e hicimos camisetas, las que también tuvimos que 'financiar' nosotros y las chicas fueron pagando. El tema es que algunas se fueron y se llevaron las camisetas. Por eso, por ahora, jugaremos con estas que nos presta Ujemvi, pero ya vendrán las nuevas. También vamos a pintar la cancha, que sabemos que tiene muchas líneas", recuenta.
Los inconvenientes no finalizaron allí. La indumentaria fue comprada un día antes por las chicas y como los recursos no alcanzaban para la compra de botines suela caramelo, se organizó una juntada para limar los tapones de los calzados que tenían y... ¡a la cancha!
Y como los recursos no alcanzan, tampoco alcanzas los elementos de trabajo. Por eso no debería llamar la atención que sólo tres pelotas gastadas por el trajín acarreado son las que permiten que el sueño siga echando raíces y moldeando unos talentos que darán que hablar como es el caso de Priscila Ailén Elena que con 14 años convirtió dos goles el domingo y fue la generadora de los otros. Una historia para contarla en otro momento.
Así es la vida y la historia de uno de los debutantes del torneo. Sacrifico y tesón, como suele pasar en cada institución que nace sin el paraguas de un club grande. “Arriba el barrio!!!” es el grito de guerra y que bueno que así sea.