El comercio volvió a abrir las puertas hace dos semanas. Sin embargo, quienes compran en el microcentro lo hacen sobre todo en las avenidas principales, luego de hacer trámites. Por eso, los comerciantes que tienen sus locales en las galerías sienten aún más la caída en las ventas que atraviesa a todo el sector, ya que son pocos los posibles compradores que ingresan a estos espacios.
La compleja situación de las galerías no es nueva. Desde hace años vienen peleando por sostenerse y lograr algo que parece difícil: que el mendocino vuelva a entrar en estos paseos de compras en la Ciudad. Para la mayoría, el salvavidas son los cafés que hay en el interior, que atraen al transeúnte. Pero con la pandemia, estos negocios gastronómicos sólo pueden funcionar con la modalidad "pase y lleve" y pocos volvieron a atender, hasta ahora.
Lourdes Mena, quien se autodefine como la voz de las galerías, resaltó que quienes tienen un comercio en las galerías céntricas son en su mayoría cuentapropistas. Es decir que no pertenecen a una cadena ni una franquicia, salvo los que ocupan locales que dan a la calle. Señaló que estos espacios tenían muy poco movimiento, porque no se venía de una "época floreciente" y porque cuesta lograr que la gente entre al paseo.
De hecho, Adrián Alín, titular de la Cecitys (Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad de Mendoza), detalló que en setiembre del año pasado, después de tres años de crisis y para evitar que haya locales vacíos en las galerías, se decidió que ocuparan estos lugares los microemprendedores, quienes no pagan el alquiler pero sí las expensas y los servicios, a través de un comodato.
Sin embargo, el aislamiento preventivo complicó aún más las cosas. Es que Mena indicó que hoy la gente intenta estar lo menos posible afuera. Entonces, si va al centro a cobrar, pagar o a hacer un trámite, camina por las avenidas principales -San Martín y Las Heras- y compra lo que necesita en los negocios que están ubicados ahí. Son pocos los que se aventuran por las calles aledañas y aún menos los que ingresan a las galerías, especialmente porque no han abierto los cafés.
En cuanto a los alquileres, Mena explicó que en algunos paseos de compras una persona es propietaria de varios locales o también hay consorcios pero, en otras, cada local tiene un dueño, que depende de ese ingreso. De ahí que la tolerancia a las demoras en pagar el canon mensual -al que hay que sumar las expensas- sean diversas. De todos modos, indicó que en general los propietarios entienden que no se trata de que el inquilino no quiera pagar, sino que no puede.
El factor cultural
Adolfo Brennan, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza, planteó que la crisis de las galerías lleva un buen tiempo y que responde en parte a que la mayoría de los consorcios no están bien organizados, lo que dificulta que se planeen en conjunto acciones de promoción. Pero también a un factor cultural, ya que en otras provincias estos espacios funcionan bien.
Para entender hasta qué punto los paseos urbanos de compras fueron quedando relegados, se puede recordar que la galería Tonsa tenía un supermercado, la primera escalera mecánica en la provincia, cine, estacionamiento propio, fuentes de agua y murales en las paredes. Pero hoy concentra “cuevas” de cambio no oficial, negocios de compra y venta de oro, y unos pocos rubros más.
Incluso la galería Piazza, indicó Brennan, que tiene una conducción más organizada, intentó atraer a más visitan abril, las ventas minoristas cayeron un 70% en comparación con el mismo mes de 2019. En ciertos rubros, como "Joyería, Relojería, Bijouterie", "Electrodomésticos y Electrónica", "Calzado y Marroquinería" y "Ropa y Artículos Deportivos y Recreación" el descenso se ubica en torno al 90%.
Fernando Ligorria, secretario general del Centro Empleados de Comercio, planteó que el sector está acusando las consecuencias del escaso movimiento de personas y añadió que la recuperación va a ser lenta. Afortunadamente, el 90% de los negocios del centro ya abrió y los pocos que no han abierto tienen carteles que indican que están vendiendo por redes sociales. Pero también señaló que la contraparte de que no hayan cerrado es que la informalidad, que ya era alta, se incrementó.
La excepción
Edgardo Collante, quien es técnico en joyería y relojería, abrió un taller en el pasaje San Martín el 10 de marzo. Hasta poco antes, había trabajado en relación de dependencia en un negocio del mismo rubro en Palmares pero decidió lanzarse con un emprendimiento propio. Diez días después de la inauguración, la pandemia lo obligó a poner una pausa de 50 días a su sueño.
Sin embargo, sostiene que desde que volvió a abrir ha recibido, por lo menos, algunos pedidos de reparaciones o cambios de pilas de relojes. Si bien no ha vendido joyas en plata, le parece positivo que al menos la gente pase y consulte. Es que resalta que, a diferencia de lo que ocurre en otras galerías –tuvo un negocio con su padre en la San Marcos-, el pasaje es caminado a modo de un atajo pintoresco por quienes tienen que ir de San Martín a 9 de Julio –y viceversa- o conectar estas calles con la Peatonal.
Eligió el punto para su negocio pensando en el movimiento de turistas. Por lo pronto, sostiene que en la mañana se trabaja algo, pero después de las 13 se paraliza todo. El primer mes de alquiler lo pagó completo y en el segundo acordó con la dueña una reducción del 35%. Pero asegura que tiene fe en que todo mejorará.
Persas, por ahora, cerrados
A diferencia de las galerías, que suelen tener anchos pasillos y en los que pocas personas ingresan por vez, los persas se caracterizan por reunir numerosos locales pequeños y por tener áreas de circulación reducidas, además de recibir a un gran número de compradores. Pero también trabajan allí un importante número de familias y son el sitio al que varias otras van a comprar ropa y calzado.
El martes, comerciantes de estos espacios –son 10 los que se encuentran principalmente en calles General Paz, Godoy Cruz, 9 de Julio y España- se manifestaron para pedir que les permitan abrir. Es que hasta ahora sólo pueden entrar quienes tienen un local, pero no los potenciales clientes.
Desde la Municipalidad de Capital indicaron que, en el marco de las reuniones que viene organizando la comuna con distintos sectores, el intendente Ulpiano Suárez tuvo una, ayer mismo, con los representantes de los persas. El objetivo del encuentro fue analizar protocolos y consensuar uno entre todos, con la finalidad de ponerlo a disposición del gobierno provincial para cuando considere oportuna su apertura.