Nicolas del Caño ignora la realidad, y al igual que el kirchnerismo, hace un relato desteñido, falaz y populista de las primeras medidas de gobierno y de nuestra historia.
Ahora se muestra desesperado por la convocatoria a sesiones extraordinarias, expresando que “llevaría la voz de los trabajadores y la juventud al Congreso”, ¡¡cuando durante todo el año 2015 la Cámara de Diputados se reunió solo ocho veces!! La última, para la que la izquierda se prestó para dar quórum, fue para aprobar en una sesión 180 leyes que ninguno había leído. ¡Un poco de seriedad por favor!
Es todo un misterio en el derecho del trabajo cómo nuestros representantes, sin trabajar, percibieron sus suculentas dietas. Olvida Del Caño que esta Corte de Justicia fue nombrada por Néstor Kirchner y que Mauricio Macri dio un paso atrás en el nombramiento de los jueces que propuso, admitiendo con humildad un error.
La famosa devaluación la hizo nuestra anterior presidenta con su niño de oro, ignorante de la economía, emitiendo moneda sin respaldo, dejando un déficit fiscal de más de doscientos mil millones de pesos. Este ha sido el verdadero ajuste.
Llevar el dólar de $ 2,50 a $ 14 fue obra de la década ganada (por los que se llenaron los bolsillos gobernando). Le ruego vea el estado en que han dejado el país, con economías regionales quebradas, provincias y municipios atestados de nombramientos y en los que no pueden pagar los sueldos de los empleados, y el odio sembrado para dividirnos como Nación.
Del Caño, con su discursillo del siglo pasado que ya nadie ensaya (excepto Maduro y Fidel Castro), desvirtúa la historia y, al igual que los K, quiere hacer ver a Julio A. Roca como un genocida, cuando la primera expansión hacia el sur la hizo Juan Manuel de Rosas, y Roca consolidó la Patagonia como territorio argentino.
Pasó la historia de la oligarquía agroganadera sobre la que tanto le gusta recitar a esta izquierda retrógrada que jamás ha sacado de la pobreza a nadie. Hoy, gracias a la agricultura podremos obtener divisas para las obras de infraestructura que el país ha olvidado por más de treinta años de gobiernos populistas.
Más de la mitad del país votó por un cambio, y es eso lo que se está haciendo. Dejemos hacer y demos un tiempo para implementar las medidas que van a cambiar el saqueo, el desgobierno de 30 años, el autoritarismo y la corrupción institucionalizada, pero por sobre todas las cosas la pobreza y la exclusión de quince millones de argentinos. Dejemos de declamar, de mentir, de dividir y de obstruir.
Carlos María Serrano
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