La economía de Mendoza ha tenido una interesante orientación hacia los mercados externos, advirtiéndose a partir del año 2003 un incremento importante de las ventas al exterior, que alcanzaron una tasa de crecimiento media del 10% entre los años 2003 y 2008.
En 2007 y 2008 se alcanzaron tasas del 16% y 15%, respectivamente. En el 2009 se produjo una contracción, debida fundamentalmente al contexto de crisis internacional, recuperándose en el año siguiente la conducta del período pre-crisis.
Sin embargo, el proceso inflacionario de los últimos años, unido a la política cambiaria, disminuyó fuertemente la competitividad de las actividades económicas regionales.
A partir del año 2010 se produjo una inflexión en la trayectoria de las exportaciones, proceso que continuó con la caída absoluta de las ventas al exterior, tendencia que se mantuvo hasta el 2015 inclusive, al no producirse cambios sustanciales en las políticas fiscal, monetaria y cambiaria.
El comercio internacional ha dinamizado la economía provincial. Se advierte que entre 2003 y 2005 el nivel de actividad creció más rápidamente que las exportaciones, evidenciando una recuperación del mercado interno.
En adelante, las ventas al exterior tuvieron un desempeño superior al del PBG. Este proceso se vio interrumpido en el 2009, debido fundamentalmente a la crisis internacional, con una contracción del 3% de los montos exportados.
Es importante tener presente que la evolución del comercio mundial indica un importante proceso de crecimiento del intercambio global.
Durante la crisis internacional, la mayor estabilidad en la evolución de las cifras mendocinas con respecto al mundo puede ser explicada por la composición de las ventas.
Se observa un proceso creciente de concentración de manufacturas de origen agropecuario, que representaron en 2015 el 77% del total, siendo estos precios naturalmente más estables que los correspondientes a los commodities, señala Pasteris.
También es importante la modificación de la composición de la matriz exportadora, con la disminución en la participación de combustibles e incremento de las manufacturas de origen agropecuario, fundamentalmente la cadena vitivinícola.
Por su parte, las manufacturas de origen industrial desplazaron del segundo lugar a los productos primarios, afirma Pasteris en su estudio.