¿Las estadísticas mienten?

¿Las estadísticas mienten?

Las exportaciones de Mendoza en los últimos 14 años han mostrado una disminución en su participación relativa respecto del total país.

Esto es un hecho. Las estadísticas crudas no mienten, ¿o sí?. El dato por sí mismo y a primera vista es muy preocupante, porque en el análisis podría interpretarse como retraso de la economía provincial en relación a otras provincias o deterioro relativo de la matriz productiva. El problema está, en que el dato crudo no dice que la información que lo sustenta no es comparable, en parte porque las provincias tienen distinta matriz productiva o grado de madurez en las industrias. En criollo duro, lo que hay atrás no son ni siquiera peras y manzanas; sino uvas y rulemanes.

El problema de atraso de tipo de cambio, retenciones, devolución de IVA, etc, no entra fundamentalmente en el análisis. Aunque localmente es importante y afecta mucho al sector exportador; mal que nos pese, todas las provincias están expuestas a las mismas políticas nacionales.

Existen claramente productos que tienen una productividad tal que les permite soportar variaciones del tipo de cambio o bien no dependen tanto de otros insumos. Hay que contemplar que mientras más valor agregado tiene un producto y más lejos del destino se encuentra, mayor es la incidencia del incremento de costos directos e indirectos en su costo total. ¿Por qué es necesario aclarar esto? Porque productos primarios como los minerales (oro, cobre, petróleo) y los granos (soja, maíz, trigo) tienen mucho menos valor agregado que el vino, conservas, metalmecánica y como extremo, el software.

Otro punto interesante es conocer quién se beneficia con estas exportaciones y quienes son los propietarios de estas empresas. En lo particular, prefiero contar con una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas de capitales locales que consumen productos localmente y vuelcan sus utilidades en más inversión ya sea en la misma actividad u otra, pero en la misma región; a las grandes empresas que, no reinvierten sus utilidades en la región y al no tener gran valor agregado, no derraman tanta actividad en la economía local.

La realidad indica, que las exportaciones de Mendoza en valor absoluto se han más que duplicado en los últimos 14 años. La cantidad de empresas que exportan se han incrementado y la mayoría de los propietarios de esas empresas son de capitales locales. Todo esto, no se ve en un cuadro de comparaciones relativas. Es decir, prefiero exportar relativamente menos que otras provincias, pero saber que esa riqueza, se queda en Mendoza, que tenemos productos de alto valor agregado y que son mayormente productos generados con recursos renovables.

¿Debemos preocuparnos por nuestra matriz productiva? Claramente. Mientras encaremos actividades productivas que sustituyan importaciones de manera ineficiente, o no tengamos un buen clima de negocios, o se den ventajas cambiarias a grandes empresas en lugar de apoyar a las pymes, la matriz productiva no va a mejorar sino todo lo contrario.

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