El 15 de junio pasado, en las elecciones del SUTE, se impuso la Lista Multicolor del FURS a la anterior conducción Celeste (Maure) y su escisión Azul-Naranja (Correa). La lista ganadora estuvo conformada por un amplio espectro de agrupaciones sindicales democráticas, combativas, antiburocráticas, identificadas con diferentes fuerzas políticas de izquierda, más sectores independientes. Pese a no ser obligatorias votaron unos 15.000 docentes, alrededor del 60% del padrón. ¿Por qué ganaron?
Basado en mi propia experiencia de recuperación y consolidación del sindicato docente universitario (FADIUNC) y desde mi ubicación política, entiendo que existieron causas estructurales y coyunturales.
La conducción celeste (alineada con Yasky a nivel nacional) practicó una línea sindical de subordinación al gobierno kirchnerista, y al peronismo provincial. En nombre de apoyar el proyecto "nacional y popular" rifaron la autonomía sindical, la defensa de los salarios y de las condiciones laborales de los docentes. Yasky en persona visitó Mendoza en los primeros años del kirchnerismo para desactivar huelgas y protestas. El SUTE, año tras año, acordaba la primer paritaria para imponer el techo salarial de los estatales provinciales. Sus dirigentes estaban más cómodos en los despachos oficiales que respondiendo las demandas de los afiliados en las escuelas y plenarios. Hacían la vista gorda frente a la precariedad laboral de los docentes contratados bajo diversas figuras (programas, gestión social, etc.).
El nuevo gobernador Cornejo impuso, desde fines de 2015, una línea dura de "orden y orden" contra los docentes: aumento salarial por decreto, ítem aula, operativo Aprender (una supuesta medición de la calidad educativa destinada a culpabilizar a los docentes del fracaso escolar). La conducción sindical de la Celeste fue incapaz de ponerse al frente de la necesaria resistencia para defender los derechos de los maestros. Largos años de oficialismo, subordinación al gobierno y burocratismo, la inhabilitaba para dirigir en la nueva y tormentosa situación.
Este escenario de malestar docente frente a la ofensiva "patronal" autoritaria, y de insatisfacción con la conducción gremial, es la causa estructural de la desafiliación de maestros jóvenes, de abstención electoral y de voto mayoritario a la única lista opositora que planteó recuperar el SUTE para una práctica independiente y democrática, de lucha por mejorar las condiciones laborales-educativas, y por una educación pública, gratuita, de calidad, científica, crítica y laica.
La coyuntura estuvo signada por la división del oficialismo: Maure, ligado a Kolina y desplazado de sus posiciones por la derrota kirchnerista, volvió a disputar la conducción sindical. Correa, su ex-secretario, de quien se desconoce inserción docente, controló la lista Azul-Naranja, dentro de la cual se intentaba disimular la presencia del desprestigiado Mateluna. Mucho aparato que puso plata del gremio en generosa propaganda, mientras los integrantes del FURS caminaban las escuelas con mucho sacrificio, y sosteniendo con sus bolsillos la campaña.
Dentro del FURS hubo mucha lucha política, metodológica y hasta personal. Pero triunfó la convicción de unir para recuperar el instrumento organizativo del conjunto de los docentes. En palabras de una profesora: "Ganamos porque nosotros nos unimos y ellos se dividieron". De Perogrullo, pero aún incomprensible, tanto para los funcionarios de la Gerencia de Escuelas, como para los burócratas sindicales aterrados por la pérdida de conchabos y privilegios. Pero también una enseñanza para quienes siempre se ubican como fiscales generales de la construcción colectiva.
En este plano sería muy dañino para los docentes y su sindicato, que alguna fuerza de izquierda en particular se arrogue haber ganado esta elección. Los docentes no votaron candidatos a diputados o senadores, sino a un Frente plural y unitario para conducir el sindicato, para recuperar el salario y su dignidad, para ser partícipes y estar genuinamente representados. Seguramente votaron peronistas disconformes con la celeste y la azul; votaron radicales desengañados con Cornejo; votaron progresistas y de izquierda; y votaron maestros sin filiación política que anhelan una conducción honesta, democrática y combativa.
Lección de unidad derrotando los sectarismos elitistas que debe ser asimilada por las fuerzas políticas que disputarán en las próximas elecciones legislativas.
Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.