Según indica un relevamiento realizado por el Movimiento CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), un 60% de las empresas de la región CREA Valles Cordilleranos comienza a cobrar por su producción de uvas y aceitunas recién a los 120 días de entregada la producción, algo que en el actual contexto de inflación y elevadas tasas de interés representa un costo financiero y económico importante en el negocio.
Los datos surgen de la última encuesta SEA (Sistema de Encuestas Agropecuarias) realizada en mayo pasado a las 70 empresas CREA que integran la región Valles Cordilleranos, donde el 72% se dedica a la producción de uva fina tinta, un 46% cuenta con viñedos de uva fina blanca, 22% con olivos para aceite, 20% con olivos para aceituna de mesa, y 16% con uva común y nogales, entre otras actividades.
"En el ciclo 2018/19 las empresas financiaron en promedio un 26,1% del capital operativo empleado, un nivel tres puntos superior al promedio de las cinco últimas campañas. La situación presenta marcados contrastes en función de las distintas escalas y diversificaciones empresarias presentes en la región: mientras que un 15% de los encuestados señaló que debió financiar más de la mitad del capital operativo en 2018/19, otro 27% utilizó solamente capital propio", remarca el informe de CREA.
Un 66% de las empresas CREA de Valles Cordilleranos comercializa su producción sin un contrato previo que especifique condiciones de precios, plazos de cobro y calidades de recibo, lo que implica que, en la mayor parte de los casos, dichas condiciones son informadas por los compradores luego de entregada la cosecha.
En mayo pasado, un 63% de los consultados consideraba que la situación económica y financiera de su empresa se encontraba peor que un año atrás (una proporción similar a la registrada en mayo de 2018). En cuanto a la expectativa por la situación de la propia empresa para el próximo año, un 36% prevé que podría ser mejor que en la actualidad.
El 70% de los consultados consideró que no es un momento propicio para realizar inversiones, aunque un 58% y 45% indicó que en el ciclo 2018/19 realizó compras de plantines y palos respectivamente, mientras que un 36% invirtió en maquinaria y un 35% en dispositivos de riego. A su vez, un 63% de los encuestados manifestó haber facilitado la logística de traslado al personal de cosecha, al tiempo que un 29% aplicó incentivos monetarios y un 24% optó por abonar valores superiores al promedio del mercado por cada tacho de uva recolectada.