Millones de trabajadores informales y precarizados están desde hace diez días en sus casas sin salir a trabajar por lo que no cuentan con ingresos suficientes para subsistir, mientras se debate cuál será el impacto que este parate tendrá en el empleo formal registrado.
El Gobierno dice estar monitoreando la situación y espera que las medidas paliativas que anunció tengan impacto. La preocupación está en la conflictividad social, principalmente en los conurbanos de las grandes capitales donde están los mayores bolsones de pobreza.
Las imágenes que se vieron en esos conglomerados urbanos el viernes fue elocuente: miles de personas se agolparon en los cajeros para extraer los 3.000 pesos extra que el Gobierno depositó a los beneficiarios de las asignaciones que paga Anses.
Según una encuesta entre 1.400 casos de la consultora Zuban Córdoba y Asociados, el 94,8% cree que hay que priorizar la salud pública ante la pandemia del covid-19 y sólo el 4,1% opina que el funcionamiento de la economía debe ser la prioridad.
Pero el dato alarmante es el siguiente: el 54% de los consultados dice que la cuarentena afectó “mucho” su situación económica, el 29,1% indica “algo”, el 9,3% dice “poco” y apenas el 7,2% dice “nada”; el resto no sabe.
Las empresas crujen
Todos los pronósticos son negativos. Y el primer dato preciso alarmante vino desde la Unión Obrera de la Construcción: en este sector se prevé que si se extiende la cuarentena podría haber 100.000 despidos, entre los 346.000 obreros activos (menor nivel desde 2007).
La construcción no tiene margen para resistir porque ya venía operando en niveles de 2009. En febrero el consumo de cemento cayó 25,4% anual, la mayor tasa de contracción desde abril de 2016, según datos del Instituto de Estadística y Registro (Ieric).
Para la Confederación General Empresaria (CGERA), el escenario no es muy distintos para otros rubros como el comercio y la industria. La principal preocupación está en la ruptura de la cadena de pagos. Como las empresas no facturas, los cheques no tienen fondo.
Martín Kalos, economista jefe de Elypsis, señala también que los rubros más afectados son el comercio, la industria, el turismo y la construcción. Pero aclara: “Este parate afecta a todos y dependerá de la duración que se pueda dimensionar con exactitud”.
Datos del ministerio de Trabajo indican que ya en enero, antes de la pandemia, sólo el 3,9% de las empresas preveían aumentar la dotación de personal y el 3% decía que lo iba a reducir. La crisis sanitaria hizo que desaparecieran las perspectivas de sumar dotación.
Elypsis estima que la cuarentena aportará 3 puntos extra de caída al PBI, por lo que la contracción de 2020 sería del 4,5%, la más alta desde 2009, cuando cayó 5,9%. “Esto es hasta aquí. La estimación cambiará si se extiende la cuarentena”, advierte Kalos.
Y señala que si bien hay medidas del Gobierno, como los 10.000 pesos para las dos categorías más bajas del monotributo y para los trabajadores informales, “esto no compensa de ninguna forma lo que ese trabajador deja de generar para su ingres quedándose en la casa”.
Datos oficiales indican que en el país hay 12.101.000 asalariados registrados, la misma cantidad que en marzo de 2017. En el sector privado, hay 5.989.468 personas, el mismo nivel que mediados de 2011. Esto frente a un crecimiento poblacional del 1% por año.
Ante esta crisis, la situación financiera de las empresas cruje. El Banco Central lanzó créditos con tasas negativas del 24% anual para fondeo del pago de salarios. El problema, señala Kalos, es que “la gran mayoría son pymes que no son sujeto de crédito bancario”.
Mayor desempleo
Consultado sobre los efectos de la doble indemnización que rige hasta junio, Kalos sostiene que las empresas “lo piensan dos veces” antes de tomar una decisión, pero ante la falta de perspectivas positivas, terminan despidiendo igual.
“El coronavirus profundiza la recesión y evita que cualquier política económica favorezca una salida de la crisis. Antes de la pandemia se esperaba un rebote para fines de 2020, ahora hay que ver incluso si habrá o no rebote en 2021”, agrega Kalos.
Según fuentes oficiales consultadas por este diario, en el Gobierno ven venir un salto en los datos de desempleo del primer y segundo trimestre, pero se "seguirá priorizando la salud" y la cuarentena se extenderá. Y esto está siendo conversado con entidades empresarias como la Unión Industrial y con la CGT.
Incluso, según comentó a este diario un integrante del Consejo Directivo de la UIA, hacia adentro de la central fabril los asociados están planteando que habrá sectores que deberán recortar los sueldos de sus empleados para poder darles a todos un poco de dinero y sostener de alguna manera las plantillas.
Ayer el cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, criticó hoy los despidos producidos en la empresa Techint, y sostuvo que esa situación puede ser “la punta de una situación compleja” que “se puede potenciar”, frente a la situación de aislamiento social.
Daer hizo así referencia al anuncio por parte de Techint del despido de 1.450 operarios, personal contratado para trabajar en obras y servicios en las provincias de Buenos Aires, Neuquén y Tucumán, que ayer fue informado por la Unión Obrera de la Construcción (Uocra).
“La situación de los despidos en Techint se puede potenciar a 100.000 personas”, advirtió Daer en declaraciones radiales parafraseando al líder de la UOCRA, Gerardo Martínez. Y, desesperado, pidió a las empresas “preservar el empleo para que la población no entre en una situación de mayor vulnerabilidad".